Kathmandú (Martes, 20-06-2017, Gaudium Press) El Vicariato Apostólico de Nepal es la única jurisdicción eclesiástica para todo un país de 147 mil kilómetros cuadrados y Mons. Paul Simick es el único prelado que debe servir a la minoría católica local, frecuentemente ubicada en lugares apartados. En una situación propia de los territorios de misión, el Obispo padece una notable necesidad: un vehículo en el cual desplazarse en sus visitas apostólicas.
El automóvil actual del prelado ya tiene más de 12 años de edad, sufre un notable desgaste por las condiciones geográficas del país (en el cual se encuentra la cordillera del Himalaya) y sus repuestos ya no se consiguen. Como una complicación adicional, los vehículos en Nepal son mucho más costosos que en otros países y la ubicación de la población fuera de los pueblos (la mayoría de los habitantes se encuentran en regiones rurales). Por este motivo la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada recauda fondos para su financiamiento.
Además de las dificultades materiales, los católicos de Nepal padecen discriminación y hechos de violencia, representando apenas un 0.1% de la población. En el mes de abril, desconocidos realizaron un ataque incendiario contra la Casa Cural de la Catedral de Kathmandú, sin que resultara ningún herido en el atentado. El hecho recuerda el atentado de mayo de 2009, cuando una bomba fue detonada en el templo.
Por esta situación de marginación de la población católica, la presencia del Vicario Apostólico en las comunidades de creyentes es muy importante para animar el testimonio de los fieles. AIN prometió al Obispo un aporte de 44.800 dólares para este fin, los cuales recauda a través de su página web.
Con información de AIN.
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