Washington (Viernes, 23-06-2017, Gaudium Press) El Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Cardenal Daniel N. DiNardo, elaboró una carta junto a otros prelados estadounidenses en la cual pide al gobierno del país postergar la deportación de los refugiados que huyeron de la persecución religiosa.
Según informó la Conferencia de Obispos, los prelados enviaron su comunicación al Secretario de Seguridad de la Patria, John F. Kelly, pidiendo que no se deporte a los refugiados iraquíes, en particular cristianos y católicos caldeos, quienes «no representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos». Los Obispos advirtieron «el hecho de que ellos tienen un riesgo significativo de experimentar persecución e incluso posible daño corporal porque su fe es, desde nuestra perspectiva, un importante factor que debe ser sopesado al calcular la deportación».
«Regresar a minorías religiosas a Irak en este momento, sin planes específicos para su protección, no nos parece consistentes con nuestras preocupaciones sobre el genocidio y persecución de cristianos en Irak», indicaron los prelados. El delito de genocidio en el caso de la persecución del llamado Estado islámico fue reconocido por el Departamento de Estado de Estados Unidos en marzo de 2016 tras una notable campaña informativa liderada por los Caballeros de Colón.
La Carta fue firmada por el Presidente de la Conferencia de Obispos, por el Presidente del Comité sobre Migración de la USCCB, Mons. Joe S. Vásquez, y el Presidente del Comité de la USCCB sobre Justicia y Paz Internacional, Mons. Oscar Cantú.
Con información de USCCB.
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