Santa Fe de la Vera Cruz (Lunes, 24-07-2017, Gaudium Press) Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, comentó la parábola leída ayer en el evangelio sobre la buena y la mala semilla. En esas parábolas «Jesús contrapone la impaciencia de los hombres y la paciencia salvífica de Dios», señaló el prelado. Recordamos que en la parábola los empleados del dueño del campo le propusieron cortar la cizaña apenas ella empezó a verdear junto con el trigo, a lo que el dueño respondió que era mejor dejarlos crecer juntos hasta el momento de la ciega.
«El tiempo ilumina los espacios y ayuda a generar procesos; el sentido del tiempo de Dios nos ayuda a respetar a las personas y sus momentos de crecimiento. La paciencia tiene que ver con la esperanza, porque tiene su fuente en la fe en un Dios creador y providente», agregó Mons. Arancedo.
En nuestro interior hay trigo y cizaña. «En este camino en el que somos parte del sembradío de Dios, debemos asumir nuestra tarea de ir purificando y cortando o ‘podando’ todo aquello que entorpece el crecimiento del buen trigo en nosotros. Somos los primeros responsables».
«Pero debemos comprender, y esta es la enseñanza de Jesús, que no somos dueños de la historia ni del tiempo, menos de las personas, somos peregrinos con nuestras fragilidades hacia una plenitud a la cual estamos llamados y para la cual Él mismo se hizo para nosotros: ‘camino, verdad y vida’. No somos espectadores o críticos de una historia, somos protagonistas de ella. Esta parábola es una enseñanza que debemos asumir», concluyó.
Con información de Aica
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