Callosa de Segura (Miércoles, 26-07-2017, Gaudium Press) La Cruz de Callosa de Segura en Valencia, España, es un monumento que se hizo célebre por el frustrado intento de demolición por parte del Ayuntamiento. Cuando los funcionarios públicos se preparaban para echarlo abajo, los vecinos se congregaron y se interpusieron para evitar su retiro. Lo que fue una reacción espontánea se convirtió en una iniciativa organizada para proteger el monumento y una oportunidad de oración en comunidad.
Cruz de Callosa de Segura. Foto: Actuall. |
A pesar de que ya han pasado ocho meses desde la amenaza de demolición (ver noticia anterior), la constancia de los vecinos no ha amainado. Incluso bajo temperaturas de 35 grados centígrados en verano, los devotos se reúnen para rezar el Santo Rosario a los pies de la Cruz. Además, han compartido sus contactos y tienen una pequeña red de comunicaciones que les permite pedir refuerzos en caso de que los equipos de obras públicas se hagan presentes en el lugar.
Además de la «guardia» montada en torno al monumento, los vecinos han logrado reunir más de ocho mil firmas de los habitantes que solicitan revocar la polémica decisión de retirar la Cruz, calificada por el Ayuntamiento como un monumento franquista pero valorada por los pobladores como un símbolo religioso. «La cruz es algo suyo. Ha estado presente en bodas, bautizos y comuniones de varias generaciones durante 70 años», explicó el Párroco local, P. Juan Bautista, según informó Religión en Libertad. «Muchísimas familias se han fotografiado junto a ella y guardan su recuerdo».
Sobre la lista de nombres inscritos en el monumento, el sacerdote negó que se tratara de combatientes, sino que son víctimas inocentes de la guerra y la persecución religiosa. «Fueron asesinados bien por sus creencias religiosas -de hecho, figuran dos sacerdotes que están en proceso de beatificación-, bien por su ideología».
La Cruz fue levantada, según recuerda Manuel Fernández, de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz, por iniciativa privada de los familiares de las víctimas. La única inscripción que pudiera ser catalogada como política fue añadida posteriormente durante la dictadura. Por este motivo el debate sobre la pertinencia del monumento ya había sido superado. «Ya se produjo a finales de los años ochenta, y todos los partidos decidieron no retirar la cruz».
Con información de Religión en Libertad
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