Mosul (Viernes, 28-07-2017, Gaudium Press) El Arzobispo de Lyon, Francia, Cardenal Philippe Barbarin, realizó una emotiva visita apostólica a Irak, cumpliendo un compromiso adquirido tres años antes de llevar una imagen de Nuestra Señora de Fourvière en el momento en que la ciudad fuera liberada de sus invasores. El purpurado mantuvo durante ese período una relación fraterna con las diócesis perseguidas, visitando a los refugiados y asegurándoles su retorno cuando las oraciones por su pronta liberación fueran escuchadas.
El Cardenal Barbarin visita la severamente dañada Catedral de Mosul. Foto: LyonMossul. |
El Cardenal explicó a Famille Chrétienne los motivos de su viaje a Irak en momentos en que persiste un alto nivel de riesgo a pesar del control de las autoridades sobre Mosul. «Hice esa promesa hace sólo tres años. Durante ese drámatico verano para los cristianos en Irak, decidí junto al Patriarca Sako vivir un hermanamiento con Mosul mientras la ciudad estuviera ocupada», relató el Card. Barbarin. «Entonces, para celebrar el 08 de diciembre con los desplazados en Erbil, traje una estatua de la Virgen de Fourvière que fue depositada en la Catedral de Erbil. Entonces prometí que retornaría para la victoria una vez Mosul fuera liberada, en la Catedral de la ciudad».
El Cardenal Barbarín explicó a Gaudium Press pocos meses después de su primera visita a Irak después de la toma de Mosul su iniciativa de hermanamiento entre la Arquidiócesis de Lyon y la Iglesia en Mosul: «Yo he querido hacer un hermanamiento entre nuestras diócesis y hemos abierto un sitio web, no limitado a los fieles de Lyon, para que las familias cristianas de Occidente, de Francia – y de Latinoamérica, ¿por qué no?- se hermanen con una familia cristiana de Irak». Más allá de obtener ayudas materiales, la intención era acompañarlos con un diálogo cercano y familiar, la oración mutua por las diversas necesidades y compartir fotografías y anécdotas de la vida familiar para estrechar el vínculo de caridad cristiano. «Ellos, que no tienen nada, les queda todavía eso del teléfono y entonces recibir una foto de la familia, de nuestros niños y todo esto es algo que tiene mucha fuerza». El purpurado mismo reportó tener esa relación de cercanía fraterna con el Patriarca Sako y llevó a su oración cotidiana el clamor de los cristianos perseguidos: «Les he prometido rezar cada día el Padrenuestro en su lengua litúrgica, el caldeo, hasta que puedan volver a Mosul».
Por estos motivos, la llegada del Cardenal fue claramente emotiva. A pesar de que la Eucaristía en la Catedral de Qaraqosh el 24 de julio no acogió tantos creyentes como en su primera visita a causa de la emigración de las familias, la comunidad cristiana recibió con júbilo la visita de los prelados de la comitiva, quienes vestían sus sotanas negras a pesar del intenso calor (40 °C a la sombra). Según reportó Famille Chrétienne, el purpurado avanzó en el templo y fue recibido por un seglar anciano con las manos levantadas de alegría con quien realizó unos pequeños pasos de baile. Algunos de los presentes en la Eucaristía no pudieron evitar las lágrimas en medio de una celebración que significa para los cristianos la llegada de la primavera después de un largo y crudo invierno. Después de la Santa Misa, el Cardenal dedicó unos instantes de oración en silencio en la banca frontal del templo.
El Cardenal llevó el pasado 26 de julio la prometida imagen de Nuestra Señora de Fourvière a la Catedral de Mosul, entronizando él mismo la imagen en un nicho a unos tres metros de altura en el templo severamente dañado. «Hemos cumplido nuestra promesa», celebró el Cardenal. «Esta pequeña estatua es el símbolo de una fuerte amistad que nos ha transformado mucho». Sobre el altar, Mons. Marc Stenger, presidente of Pax Christi Francia, depositó una pequeña imagen de la Santísima Virgen en homenaje a Mons. Paulos Faraj Rahho, Obispo caldeo de Mosul, asesinado por los extremistas.
Con información de Famille Chrétienne.
Deje su Comentario