Recife – Pernambuco (Martes, 01-08-2017, Gaudium Press) En su más reciente artículo publicado en el site de la Arquidiócesis de Olinda y Recife, el Arzobispo Mons. Fernando Saburido afirma: «quien se declara cristiano o cristiana no lo es por conveniencia o por costumbre».
De acuerdo con Mons. Saburido, «la fe es opción personal y libre. Entretanto, por detrás de la respuesta consciente de la fe hay un secreto: Dios nos amó primero y nos llamó para vivir con él una relación de amor y colaboración en el proyecto que él tiene para el mundo».
«Por atrás de las circunstancias históricas y sociales que llevan a cada persona a vivir la fe hay un llamado de Dios: una vocación. Nuestra respuesta sincera y consciente exige coraje y confianza. Una entrega total de sí mismo en las manos de Dios, sin medir las consecuencias. Ejemplos no nos faltan, en las Sagradas Escrituras y a lo largo de la historia de la Iglesia, de llamamientos y respuestas corajudas, incluso sin conocer el camino con clareza», explica.
A fin de profundizar la consciencia de un llamado divino en la vida de cada cristiano, a cada año, la Iglesia Católica en Brasil consagra el mes de agosto como «mes vocacional».
En medio a las conmemoraciones por el tricentenario de la aparición de la Imagen de Nuestra Señora Aparecida, la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) propone el tema para el mes vocacional titulado «A ejemplo de María, discípulos misioneros», además del lema «Heme aquí, hágase».
«Fue el Año Mariano que nos motivó a promover en mayo último la peregrinación arquidiocesana al Santuario Nacional, para rendir nuestros homenajes a Nuestra Señora e interceder por nuestro pueblo. Por atrás de la elección del tema y el lema está una profunda intuición. Si toda la Iglesia y su misión dependen de un llamado divino, la primera actitud nuestra es la de pedir a Dios que suscite nuevas vocaciones para las comunidades, parroquias y diócesis, así como que despierte en la juventud ese deseo interior de servir al proyecto divino en el mundo a través de las diversas vocaciones o caminos eclesiales», destaca Mons. Saburido.
El Arzobispo de Olinda y Recife resalta además que «sea como animadores laicos/as de comunidades, sea como religiosos/as, consagrados, sea como ministros del pueblo de Dios, todos precisamos descubrir que Dios nos llama permanentemente y somos felices cuando atendemos a su apelo».
«El llamado no sucede una sola vez. Dios nos llama de varias maneras y en ocasiones diferentes. Pacientemente, Él queda a la espera de nuestra respuesta. En ese tercer centenario de Aparecida, contemplamos a María como modelo de nuestra vocación y ejemplo de fidelidad al llamado divino», agrega. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Olinda y Recife
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