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Los Ángeles (Jueves, 03-08-2017, Gaudium Press) «Guadalupe es el auténtico ‘evento fundacional’ en la historia de América», expresó el Arzobispo de Los Ángeles, Estados Unidos, Mons. José Gómez, en su intervención en el Congreso de Verano del Instituto Napa. «En el plan de Dios, este es un solo continente. Está llamado a comenzar una nueva civilización. Un nuevo mundo de fe».
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| Las apariciones de la Santísima Virgen en el cerro del Tepeyac en México marcron el verdadero inicio de la misión de la evangelización del continente americano. |
El prelado indicó que la histórica aparición no impactó sólo la historia de un país, sino la historia de todos los países de Norte y Suramérica. La masiva conversión de millones de indígenas a la religión católica marcó el inicio de la cristianización del continente y la obra misional que se extendió a lo que es hoy Estados Unidos con el apostolado de misioneros como San Junípero Serra.
«Mi punto sencillo el día de hoy es que cada uno de nosotros es parte de esa historia, parte de la gran misión a América que comenzó con la visita de la Virgen de Guadalupe», expuso Mons. Gómez. «La Iglesia en este país y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de continuar la tarea que la Virgen le dio a San Juan Diego: ‘Construir un templo’ con nuestras vidas. Construir una sociedad que glorifique a Dios y sea digna de la dignidad de la persona humana».
El Arzobispo alertó sobre la conciencia de que Estados Unidos está siendo «descristianizado» progresivamente, y que esto va en contra de la identidad misma de la nación, fundada sobre «la visión y los valores del Evangelio». Si bien estos valores no han sido aplicados debidamente en diversos momentos del pasado, la actualidad presenta un desafío mayor. «Enfrentamos una agenda agresiva y organizada de grupos de élite que desean eliminar la influencia de la Cristiandad de nuestra sociedad».
«Mis amigos, no tenemos el lujo de escoger el tiempo en el que vivimos. Estos son tiempos difíciles», expresó el prelado. «Necesitamos seguir el camino que la Virgen pone delante de nosotros: el camino de construir una nueva civilización de amor y verdad en las Américas». El Arzobispo animó a los presentes a dar testimonio de Dios en sus vidas y trabajos y no temer ser demasiado pequeños para ser responsables de la misión, ya que de la misma forma como la Santísima Virgen eligió a un indígena humilde para llevar su mensaje, de esa misma elige a cada uno de los fieles para llevar a cabo la tarea.
Con información de CNA.
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