Redacción (Martes, 08-08-2017, Gaudium Press) Después de la muerte del heroico Judas Macabeo, los impíos comenzaron a levantar sus cabezas en todo el territorio de Israel, y muchos habitantes se adhirieron a ellos. Por «impíos» «se debe entender aquí no los paganos, sino los judíos apóstatas de los cuales Judas Macabeo había conseguido tan bien reprimir la audacia».
Muerte del traidor Alcimo
Báquides, general sirio que conquistara Israel, «escogió hombres impíos para gobernar el país. Estos comenzaron a buscar […] los partidarios de Judas, entregándolos a Báquides, el cual se vengaba de ellos y los cubría de escarnios. Fue grande entonces la tribulación en Israel, como nunca hubo desde el fin del tiempo de los profetas» (I Mac 9, 25-27). Quiere decir, desde Malaquías, el último de los profetas, que viviera alrededor del año 433 a.C.
Atendiendo al pedido de israelíes que se mantenían fieles, Jonatán, hermano de Judas Macabeo, asumió el comando de la lucha contra los enemigos externos e internos de Israel.
Los hombres de Báquides comenzaron a construir ciudades fortificadas en Judea. Además de eso, Báquides tomó como rehenes a los hijos de las principales familias del país y los aprisionó en la ciudadela -dominada por los sirios- en Jerusalén.
Y el traidor Alcimo – que comprara el título de sumo sacerdote — mandó derrumbar el muro del atrio interno del Templo, en el cual solamente los sacerdotes y levitas podían penetrar. Él «pretendía igualar los ministros sagrados a los simples laicos, lo que contribuía para helenizar aún más el judaísmo».
«Pero apenas comenzó a ejecutar la demolición, pues en ese mismo instante fue alcanzado por Dios, y los trabajos fueron interrumpidos. Su rostro se paralizó, él perdió los sentidos, no pudo más pronunciar una sola palabra […] Poco después falleció, en medio de los mayores sufrimientos» (I Mac 9, 54-56).
Al tomar conocimiento de la muerte de Alcimo, el general Báquides volvió a Antioquía, capital de Siria, e Israel gozó de paz durante dos años. Era, pues, el sacrílego sumo sacerdote Alcimo quien favorecía la persecución religiosa e insuflaba Báquides a actuar contra el partido de los buenos.
«Hizo desaparecer a los impíos de medio de Israel»
Entretanto, judíos helenistas que vivían en Israel se dirigieron a Báquides y le dijeron que Jonatán y sus soldados estaban «viviendo tranquilos y descuidados» (I Mac 9, 58); era, por tanto, el momento de liquidarlos.
Entonces, Báquides se puso en camino con un gran ejército y mandó instrucciones secretas a sus comparsas en Judea, para que prendiesen a Jonatán y sus compañeros. Pero, habiendo sido descubierto ese plan, los sirios mataron 50 judíos helenistas.
Incluso así, Báquides resolvió atacar a los judíos fieles, pero Jonatán y su hermano Simón lo derrotaron. Furioso, él mató muchos de aquellos judíos helenistas traidores que le habían dado el consejo de hacer esa expedición contra Israel, y resolvió volver a su tierra.
Al saber de eso, Jonatán le envió mensajeros para negociar la paz y combinar el intercambio de prisioneros. Él aceptó y después regresó definitivamente a Antioquía. Entonces, Jonatán «comenzó a gobernar el pueblo. E hizo desaparecer a los impíos de medio de Israel» (I Mac 9, 73).
Jonatán se torna sumo sacerdote…
Pasado algún tiempo, Alejandro Balas, tenido como hijo de Antíoco Epífanes, tomó Ptolemaida, importante ciudad que formaba parte del reino de Siria, y comenzó ahí su reinado.
Informado sobre eso, Demetrio I, Rey de Siria, reunió un enorme ejército y partió para enfrentarlo. Al mismo tiempo, mandó una carta a Jonatán proponiéndole la paz. Jonatán aceptó y comenzó a reconstruir Jerusalén.
Habiendo sido informado de ese acuerdo, el Rey Alejandro remitió una misiva a Jonatán, llamándolo de hermano, haciéndole elogios, nombrándolo sumo sacerdote, le mandó un manto de púrpura y una corona de oro.
«Desde el reino de Antíoco Epífanes, los reyes de Siria se habían arrogado el derecho de nombrar el sumo sacerdote judío» (cf. II Mac 4, 7-26).
«La función de pontífice, habiendo permanecido libre desde la muerte de Alcimo, Alejandro Balas la ofreció a Jonatán, a fin de conseguir sus buenas gracias.»
«Jonatán se revistió con la túnica sagrada» (I Mac 10, 21), o sea, aceptó el título de sumo sacerdote. «Estrictamente hablando, él no tenía derecho a esa dignidad, pero no existía ningún candidato legítimo desde la muerte de Onías IV y la fuga de su hijo para Egipto.
Además de eso, Jonatán pertenecía a la raza sacerdotal.»
…y gobernador de Judea
Por su lado, Demetrio I escribió a Jonatán, prometiendo exención de impuestos, donaciones etc., pero Jonatán no creyó en él y prefirió mantener el acuerdo con Alejandro, el cual, tratando a Jonatán de hermano, «reconocía su entera independencia, como jefe de la nación judaica».
Entonces, ese monarca partió con un gran ejército contra Demetrio I, el cual fue muerto. Después de esa victoria, Alejandro Balas se casó con Cleopatra, hija de Ptolomeu VI, Rey de Egipto, que era uno de los más poderosos reinos de entonces. Numerosas princesas sirias y egipcias tuvieron el nombre de Cleopatra, y esta concretamente fue una «flor […] atrayente y envenenada».
Jonatán, atendiendo a la invitación de Alejandro Balas, fue hasta Ptolemaida -donde el casamiento había sido celebrado. Alejandro lo revistió de púrpura, le hizo sentar a su lado y lo nombró jefe y participante del gobierno (cf. I Mac 10, 62-65), o sea, Gobernador de Judea.
Por Paulo Francisco Martos
(in «Noções de História Sagrada» – 121)
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FILLION, Louis-Claude. La Sainte Bible commentée – Le premier Livre des Machabées. 3. ed. Paris: Letouzey et aîné.1923.
DANIEL-ROPS, Henri. Histoire Sainte – Le peuple de Dieu. Paris: Arthème Fayard. 1942.
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