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Redacción (Viernes, 18-08-2017, Gaudium Press) El hijo de Demetrio I, que también se llamaba Demetrio, envió un gran ejército, dirigido por el general Apolonio, contra Judea.
Demetrio II se torna Rey de Siria
Jonatán escogió diez mil hombres y partió contra los enemigos, los cuales huyeron y varios de ellos llegaron a la ciudad de Azoto, y se escondieron en el interior del templo pagano allí existente. Pero Jonatán incendió Azoto y también el templo, «con todos los que habían buscado refugio dentro de él» (I Mac 10, 84).
El Rey de Egipto, Ptolomeo VI, resolvió hacer guerra contra su yerno, Alejandro Balas. Y, demostrando no tener el mínimo respeto a la moral, propuso una alianza con Demetrio y, si la aceptase, le daría a su hija Cleopatra, casada con Alejandro Balas. Habiendo sido hecho el pacto, Ptolomeo consiguió retomar a su hija y la entregó a Demetrio. En esa época, la mujer era considerada cosa simple. Fue solamente la Iglesia Católica la que reconoció su dignidad.
Hubo, entonces, una guerra entre Alejandro Balas y Ptolomeo VI. Aquel fue vencido y se refugió en Arabia; pero un árabe le cortó la cabeza y la mandó a Ptolomeo. Este, sin embargo, murió tres días después, y Demetrio comenzó efectivamente a reinar en Siria, con el título de Demetrio II, el cual confirmó a Jonatán en el cargo de Sumo Sacerdote y concedió exención de impuestos a toda Judea.
Un tal Trifón, antiguo partidario de Alejandro Balas, notando que el ejército de Demetrio II murmuraba contra este, fue a buscar al niño Antíoco, hijo de Alejandro, visando proclamarlo rey.
En Antioquía, judíos eliminan 100.000 rebeldes
En ese medio tiempo, Jonatán pide a Demetrio II que remueva a los sirios que ocupaban la ciudadela del Monte Sion, en Jerusalén. El rey lo atiende y solicita a Jonatán que le envíe hombres para ayudarlo, pues sus tropas lo habían abandonado. Y Jonatán envió 3.000 hombres a Antioquía, capital de Siria, cuya población era de 400.000 almas.
Entonces, cerca de 120.000 habitantes de esa ciudad intentaron matar al Rey Demetrio II, que se refugió en el palacio real y llamó a los judíos en su auxilio.
«Estos vinieron junto a él, y después se esparcieron por la ciudad, matando en aquel día 100.000 personas» Incendiaron la ciudad y salvaron al rey. «Viendo que los judíos habían dominado completamente la ciudad, los habitantes que restaban perdieron el ánimo y se pusieron a gritar al rey, suplicando: ‘Concédenos el perdón, y que los judíos paren de atacar, a nosotros y a la ciudad'» (I Mac 11, 47-50). Y, llenos de gloria, los judíos volvieron para Jerusalén.
Pero el Rey Demetrio II «mintió en todo lo que había dicho, y se distanció de Jonatán» (I Mac 11, 53). Se ve como Jonatán tuvo que lidiar con personas falsas, sin personalidad.
Posteriormente, Trifón hizo que Antíoco, entonces adolescente, fuese coronado rey el cual pasó para la Historia con el título de Antíoco VI. Todas las tropas de Demetrio II se adhirieron a Antíoco, y aquel fue obligado a huir.
Trampa preparada por Trifón
Entonces, Antíoco VI escribió a Jonatán confirmándolo en el cargo de Sumo Sacerdote y le envió un servicio de mesa con tazas de oro (cf. I Mac 11, 58).
Jonatán renovó la alianza que su hermano Judas Macabeo había hecho con los romanos, y también buscó la amistad con los espartanos (cf. I Mac 12, 1-23). Luego después, él y su hermano Simón tuvieron que trabar varias batallas, algunas de ellas contra tropas comandadas por generales de Demetrio II. Y habiendo regresado a Jerusalén, Jonatán la restauró y aumentó la altura de sus murallas.
En este ínterin, Trifón planeaba matar Antíoco VI y proclamarse rey de Siria, pero, temiendo que Jonatán se opusiese, decidió hacer un ataque sorpresa contra él. Entretanto, Jonatán salió a su encuentro «con 40.000 hombres preparados para la lucha» (I Mac 12, 41). «Jamás los macabeos habían reunido un ejército tan considerable […] compuesto únicamente de hombres de élite.»
Cuando supo que Jonatán reuniera tan numeroso ejército, Trifón urdió una trampa: lo recibió con honras, le dijo que no había entre ellos ninguna amenaza de guerra y le pidió que mandase volver para sus casas aquellos hombres, quedando apenas algunos para acompañarlo. Y lo invitó para ir con él a Ptolemaida.
«Jonatán creyó en él y actuó de acuerdo con su propuesta: licenció a sus tropas, que se retiraron para Judea» (I Mac 12, 46). Y quedó con apenas mil hombres… «La trampa era tan visible, que se queda sorprendido viendo a Jonatán en ella caer con tal facilidad.»
Apenas él entró con sus soldados en Ptolemaida, los enemigos cerraron las puertas, prendieron a Jonatán y pasaron a filo de espada los mil hombres que lo acompañaban.
Necesidad de la vigilancia
Juzgando que Jonatán hubiese sido muerto, todo Israel lloró y entró en pesado luto. Y Simón Macabeo asumió el comando de la lucha.
Trifón salió de Ptolemaida con un gran ejército, visando invadir Judea; llevaba consigo a Jonatán, como prisionero. Al saber que Simón iría enfrentarlo, le mandó un mensajero para decirle que Jonatán había sido preso porque era deudor del tesoro real; y afirmaba ser necesario tres toneladas de plata y además dos de sus hijos como rehenes.
Temiendo que el pueblo judío posteriormente dijese que «Jonatán murió porque Simón no envió el dinero y los jóvenes» (I Mac 13, 18), él envió a Trifón los dos hijos de Jonatán y las tres toneladas de plata. Pero el impío Trifón no soltó a Jonatán.
Intentó nueva investida contra Judea y, habiendo habido reacciones de Simón, mandó matar a Jonatán (cf. I Mac 13, 23\) y sus dos hijos.
Roguemos a Nuestra Señora que nos conceda la gracia de la vigilancia, para saber luchar contra los impíos y nunca ser embaídos por sus tramas.
Por Paulo Francisco Martos
(in Noções de História Sagrada – 122)
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Bibliografía
FILLION, Louis-Claude. La Sainte Bible commentée – Le premier Livre des Machabées. 3. ed. Paris: Letouzey et aîné.1923.
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