Jasna Gora (Lunes, 28-08-2017, Gaudium Press) El Santuario de Nuestra Señora de Czestochowa en Jasna Gora, Polonia, fue la sede de una multitudinaria celebración presidida por el Nuncio Apostólico en Polonia, Mons. Salvatore Pennacchio y concelebrada por los Obispos del país en honor de los 300 años de Coronación Pontificia de Nuestra Señora de Czestochowa. Si bien el aniversario exacto del evento sería el 08 de septiembre, la celebración fue programada para esta fecha y se hicieron presentes más de 200 mil peregrinos, encabezados por el Presidente de la Nación, Andrzej Duda, y la Primer Ministro Beata Szydlo, así como otras autoridades civiles.
Eucaristía campal de la Celebración de los 300 años de de la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de Czestochowa. Foto: Studio TV Niedziela |
La solemne Eucaristía fue antecedida por una Vigilia de Oración que llevó por lema «María en la historia de la Iglesia y la Nación», durante la cual se llevó en procesión a la imagen peregrina de Jasna Gora que durante 60 años ha recorrido el país. Los presentes escucharon el mensaje enviado por el Papa Francisco con motivo del tercer centenario de la Coronación: «Es un gran honor tener por Madre a una Reina, la misma Reina de los Ángeles y de los Santos, que reina gloriosa en el cielo», celebró el Pontífice. «Y da más alegría aún saber que tienen por Reina a una Madre, amar como Madre a aquella que llaman Señora. (…) Es una Madre verdadera, con el rostro marcado, una Madre que sufre porque toma realmente en su corazón los problemas de nuestra vida. Es una Madre cercana, que no nos pierde nunca de vista; es una Madre tierna, que nos lleva de la mano por el camino de cada día».
Durante la homilía de la Eucaristía central de la celebración, Mons. Wojciech Polak, Arzobispo de Gniezno y Primado de Polonia, destacó la fiesta como «una verdadera oportunidad para la renovación espiritual, transformación interior, en respuesta a la llamada para la determinación valiente y vivir nuestra vida cotidiana de acuerdo con los principios del Evangelio». El prelado animó a los fieles a solicitar la compañía permanente de la Santísima Virgen de la misma forma como Ella lo hizo con los Apóstoles. El prelado animó la transformación personal desde el respeto del orden, con la búsqueda del mayor bien propio sin olvidar el de los demás, con un corazón compasivo hacia «los más necesitados, los débiles y los perseguidos, los migrantes y los refugiados».
Tras la Homilía, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, Mons. Stanislaw Gadecki, presidió la renovación de los Votos de la Nación Polaca en los 50 años de su primera presentación redactada por el notable Arzobispo Stefan Wyszynski desde la prisión comunista, quien a su vez realizó este gesto replicando el acto de entrega del país a la Santísima Virgen realizado por el Rey Juan Casimiro en 1656. Los votos reconocen a la Madre de Dios como Reina del Mundo y Reina de Polonia y pide su «ayuda y misericordia en la lucha por la fidelidad a Dios, a la Cruz y el Evangelio, la Santa Iglesia y sus Pastores» y califica a Polonia como «nuestra patria sagrada, vanguardia cristiana» dedicada al Corazón de Cristo y el Inmaculado Corazón de María.
Los votos expresan el compromiso de cada polaco de vivir en gracia de Dios para transformar el país en una «Casa de Dios», defender la indisolubilidad del matrimonio, «fortalecer las familias en el reino de tu Hijo Jesucristo, defender el honor del nombre de Dios, implantando en las mentes y los corazones de los niños el espíritu del Evangelio y el amor, la observancia de la ley de Dios, y las costumbres cristianas nativas». Los votos suman el trabajo por la justicia y contra los defectos de la pereza, la imprudencia, el despilfarro, la embriaguez y la promiscuidad, promoviendo en camino «las virtudes de fidelidad y diligencia, el trabajo duro, el ahorro, la abnegación y el respeto mutuo, el amor y la justicia social».
Las celebraciones concluyeron con otra Vigilia de Oración desde las 11:00 pm a las 4:00 am del día domingo en la Basílica de Jasna Gora.
Con información de KAI.
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