Redacción (Miércoles, 30-08-2017, Gaudium Press) Un llamado a la solidaridad es el que ha hecho el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y Arzobispo de Glaveston-Houston, Cardenal Daniel N. DiNardo, luego de que su diócesis fuera una de las más afectadas por el paso del Huracán Harvey que alcanzo tierra en el Estado de Texas el 25 de agosto, dejando varías víctimas mortales y a miles de damnificados: de acuerdo con la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (Fema) se calcula que unas 30 mil personas tendrán que ser atendidas en refugios por causa de las monumentales inundaciones.
Ante este hecho el purpurado, a través de una misiva, ha convocado a la solidad tanto de católicos como de personas de buena voluntad: «Hago un llamamiento a las personas de fe para que oren por todos aquellos que han sido afectados por este huracán, y pido a las personas de buena voluntad estar junto a las víctimas y sus familias».
El Arzobispo también elevó una plegaria: «Que Dios, el Señor de la misericordia y la compasión, proteja a todos los que todavía están en peligro, y lleven a un lugar seguro a los que faltan. Él cuida de manera especial a aquellos que ya eran personas sin hogar, o sin el apoyo y los recursos, antes de este desastre».
Asimismo, alentó a todos a orar particularmente por los socorristas «que están arriesgando sus vidas para salvar a otros (…) Incluimos en nuestras intenciones a los héroes cotidianos que llegan a ayudar a sus vecinos necesitados, aquellos como el buen samaritano».
A este llamado también se ha sumado Mons. José H. Gómez, Arzobispo de los Ángeles y vicepresidente de la USCCB, quien ha convocado a los obispos estadounidenses para que consideren realizar una colecta especial para ayudar a los damnificados del Huracán. La colecta tendría lugar durante los dos primeros fines de semana de septiembre.
«Nuestros corazones y oraciones están con las familias que han perdido a sus seres queridos y a todos los que han perdido sus hogares y empresas», dice el prelado en un mensaje difundido desde el sitio web oficial de la USCCB.
Los fondos colectados entrarían a apoyar los esfuerzos humanitarios y de recuperación que adelantan las caridades católicas de los Estados Unidos, además de la ayuda pastoral y de reconstrucción que realizaría la USCCB en las diócesis afectadas.
Una luz de esperanza
Nuestra Señora, en medio del dolor, de la tristeza, de la tragedia, incluso de las ruinas, de alguna manera manifiesta su cercanía / Imagen tomada de Kris 6 News. |
En medio de la tragedia también surgió una luz de esperanza gracias a la presencia maternal de la Virgen María. Ocurrió en la casa de la familia Rojas de Robstown, Texas, quienes perdieron todo tras el paso del Huracán, pero sólo permanecieron en pie dos cosas: dos imágenes de Nuestra Señora, una de ellas la Guadalupana que es de grandes proporciones.
«Algunos pueden culpar a Dios y algunos pueden culpar al huracán (…) pero lo único que permaneció en pie fueron cosas sagradas (…) Lo único que encontré es una Virgen María», dijo Natali Rojas a un medio de comunicación que hizo público el hecho.
Y es que Nuestra Señora, en medio del dolor, de la tristeza, de la tragedia, incluso de las ruinas, de alguna manera manifiesta su cercanía. Ya en otros hechos catastróficos la Madre de Dios se hace presente ofreciendo esperanza, como ocurrió también en el terremoto de Centro Italia hace un año, cuando una imagen de la Virgen permaneció intacta tras el fuerte temblor de tierra.
De la redacción de Gaudium Press, con información de la USCCB.
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