Kaduna (Lunes, 04-09-2017, Gaudium Press) Los Obispos católicos de la provincia eclesiástica de Kaduna, en Nigeria, realizaron un llamado al estado para que indemnice de manera apropiada a las víctimas de las acciones terroristas que desde 2009 realiza el grupo Boko Haram, lo cual incluye numerosos templos destruidos por el grupo radical islámico. «En los últimos seis años, los insurgentes han atacado templos y otros lugares cristianos en el norte, pero el gobierno federal aún está por compensar a las víctimas», declaró el Obispo de Kaduna, Mons. Matthew Man-oso Ndagoso, según informó Crux. «Nadie se ha simpatizado al menos con nosotros».
Mons. Matthew Man-oso Ndagoso,Obispo de Kaduna, Nigeria. Foto: Actuall. |
Según datos de la Asociación Cristiana de Nigeria, desde 2009 Boko Haram ha destruido casi 900 templos. Algunos de los peores ataques se realizaron en momentos en que las comunidades de creyentes se congregaban para la Eucaristía, causando un elevado número de víctimas y sembrando el terror entre la población local. «Los cristianos siguen siendo los principales y constantes objetivos de los islámicos radicales como Boko Haram y los militantes Fulani sin que haya esperanza de que sean protegidos o que las autoridades traigan justicia», indicó en una declaración la organización International Christian Concern.
El Arzobispo expuso que él mismo fue víctima de uno de estos ataques. «Cuando yo estaba en Maiduguri, mi casa fue destruida y quemada en mi ausencia. Nada fue sacado de aquella casa», relató. «El templo fue igualmente destruido. Nadie me ha compensado a mí ni a al Iglesia». La suya es la situación de los sacerdotes y comunidades que han sufrido atentados en el norte del país. «Deseo informarles que la Iglesia Católica no ha recibido ningún apoyo del gobierno federal por los templos afectados».
Los Obispos de la provincia de Kaduna reconocieron que las autoridades han recuperado un gran terreno frente a las fuerzas de Boko Haram y solicitaron que los esfuerzos se centren también en mejorar las condiciones de vida de los habitantes, quienes enfrentan una fuerte recesión, desempleo, ausencia de servicios de salud y otros problemas que se suman a la inseguridad para crear lo que los prelados consideran un «polvorín» en la sociedad nigeriana.
Con información de Crux.
Deje su Comentario