Así se vivió la Misa del Papa en Bogotá. Asistieron más de 1 millón de personas

La Misa inició a las 4:30 de la tarde. El tema central fue la promoción de la vida y María, como Madre de la Vida / Foto: Sonia Trujillo.

Bogotá (Viernes, 08-09-2017, Gaudium Press) Ambiente de fiesta, recogimiento y bendición fue el que se vivió en la tarde del 7 de septiembre en el Parque Simón Bolívar de Bogotá para la primera Misa que presidió el Papa Francisco dentro de su visita apostólica a Colombia.

Gaudium Press acompañó a varios grupos de fieles que desde tempranas horas se dieron cita para ingresar al parque, que abrió sus puertas desde las 5 a.m. hasta las 2 p.m. Una a una las más de un millón 300 mil personas que allí se congregaron -según cifras ofrecidas por el Puesto de Mando Unificado (PMU) de la administración de Bogotá- fueron llegando en espera del encuentro con el Sucesor de Pedro.

Algunos ingresaron elevando sus banderas, otros cantando al unísono y otros, en compañía de María con el rezo del Santo Rosario. Ni la fuerte lluvia que cayó en dos momentos, ni el frio que llegaba con el viento, apagaron la alegría de este encuentro, que tuvo como antesala el festival de la vida con testimonios y varias interpretaciones musicales.

Cuando el reloj marcó las 2:00 de la tarde, en el parque se vivió un momento especial: se consagró todo el espacio, convirtiéndose temporalmente en templo para la celebración Eucarística. El encargado de realizar esta consagración fue Mons. Guido Marini, Maestro de Ceremonias del Santo Padre.

El Santo Padre saludando desde el papamóvil a los feligreses presentes en el Parqu Simón Bolívar / Foto: Sonia Trujillo.

A partir de allí solo faltaba preparar los corazones para recibir al Vicario de Cristo, pero, ante todo, al mismo Jesús que se haría presente en la Santa Eucaristía.

Como se había anunciado en el itinerario de la visita apostólica, el Papa Francisco ingresó al parque a las 4:00 p.m. para saludar con un recorrido en papamóvil a la gran multitud que a su paso solo daba testimonio del gozo de la presencia del Sucesor de Pedro y de la unidad que se alcanza desde el corazón de Dios.

La Misa inició a las 4:30 de la tarde. El tema central fue la promoción de la vida y María, como Madre de la Vida. Acompañando la liturgia estuvo la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la cantante colombiana Maía, quien hizo una interpretación única del Salmo 97, según manifestaron varios de los feligreses.

Ya en la homilía, comentando el Evangelio que narra cuando Jesús llamó a sus discípulos, el Papa señaló que su Palabra «tiene poder para convertir corazones, cambiar planes y proyectos».

Indicó que en Bogotá y en Colombia se hallan «multitudes anhelantes de una palabra de vida, que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido de la belleza y de la existencia humana», y que habitan en una tierra «de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos».

Más de un millón 300 mil personas acudieron a la celebracion Eucarística / Foto: Sonia Trujillo.

«Pero también -prosiguió el Sumo Pontífice- aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: (…); las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas. A todas esas tinieblas Jesús las disipa y destruye con su mandato en la barca de Pedro: ‘Navega mar adentro'».

Dijo que así como ocurrió con Simón, Jesús también invita a «ir mar adentro», e impulsa al riesgo compartido: «No tengan miedo de arriesgar juntos», expresó.

«Navega mar adentro, dice Jesús. Y los discípulos se hicieron señas para juntarse todos en la barca. Que así sea para el pueblo colombiano», concluyó el Santo Padre.

Al finalizar la Eucaristía, el Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, expresó su agradecimiento en nombre de los colombianos: «¡Gracias Santo Padre por su presencia, testimonio y amor!».

Los pies cansados por las horas de espera, pero una gran alegría en el corazón, era el sentimiento general de los fieles que celebraron unidos este encuentro con el Vicario de Cristo.

Gaudium Press / Sonia Trujillo