Redacción (Lunes, 11-09-2017, Gaudium Press) Durante la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia, específicante en su paso por la ciudad de Cartagena, durante la homilía de la celebración Eucarística que presidió en la Terminal de Contenedores Contecar el domingo 10 de septiembre, el Sucesor de Pedro hizo mención de María Bernarda Bütler, la santa que siguió las huellas de San Pedro Claver, el santo conocido como «el esclavo de los esclavos».
Justamente al hablar del santo -cuyos restos mortales se hallan en la Basílica que lleva su título en Cartagena- el Sumo Pontífice dijo sobre la religiosa: «Siglos más tarde, la huella de este misionero y apóstol de la Compañía de Jesús fue seguida por Santa María Bernarda Bütler, que dedicó su vida al servicio de pobres y marginados en esta misma ciudad de Cartagena»
Pero ¿Quién fue esta santa?
Originaria de Suiza -ya que nació en Auw el 28 de mayo de 1848- María Bernanda vivió gran parte de su vida en Cartagena. Era la cuarta hija del matrimonio de Enrico y Caterina Bütler, modestos campesinos, pero con ondas raíces cristianas, quienes educaron a sus 8 hijos dentro del amor a Dios y al prójimo.
La santa falleció en Cartagena. |
Recibió su Primera Comunión el 16 de abril de 1860, fecha en la cual la Comunión Eucarística se convirtió en un elemento fundamental para su vida espiritual. A sus 18 años, sintió un fuerte llamado a la vocación realigiosa, ingresando a un convento de su región, en el cual no permaneció por mucho tiempo, ya que vio que aquel no era su lugar.
Pero el 12 de noviembre de 1867, por invitacón de su párroco, la joven entra al Monasterio franciscano de María Auxiliadora de Altastätten, tomándo el hábito el 4 de mayo de 1868 y el nombre de Sor María Bernarda del Sagrado Corazón de María. Su profesión religiosa llegó el 4 de octubre de 1869.
Tras ser maestra de novicias y ejercer la labor como superiora de la comunidad en tres ocasiones, Sor María Bernarda recibe la invitación, por parte de Mons. Pietro Schumacher, entonces Obispo de Puertoviejo, de ir a misión hacia Ecuador; para lo que fue necesario solicitar un indulto pontificio. Era el 19 de junio de 1888 cuando la religiosa, junto con otras sesis compañeras, dejaron el moasterio en Altstätten para iniciar una experiencia misionera en Ecuador, trabajando por la Comunidad de Chone donde faltaban sacerdotes y había poca práctica religiosa. Allí la hermana fue testimonio del ejercicio constante de la misericordia y fundó las casas de Santa Ana y de Canoa.
En 1895, ante una violenta persecusion a la Iglesia, Son María Bernarda y sus hijas espirituales deben escapar de Ecuador, llegando a Colombia, donde reciben la invitación de Mons. Eugenio Biffi para trabajar allí en la «Obra Pía», donde permanecería hasta el momento de su muerte.
Es en Cartagena donde Sor María Bernarda da mayor testimonio del amor compasivo de Dios, tan característico de los franciscanos, socorriendo las necesidades físicas y espirituales de los pobres. «Abran sus casas para ayudar a los pobres y a los marginados. Prefieran el cuidado de los indigentes a cualquier otra actividad», solía decir a las religiosas.
Fallece en olor de santidad el 19 de mayo de 1924 cuando contaba con 76 años de edad. Es beatificada por San Juan Pablo II el 29 de octubre de 1995, y canonizada por Benedicto XVI el 12 de octubre de 2008. Sus restos se veneran en Cartagena de Indias.
De la redacción de Gaudium Press, con información de vatican.va.
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