Málaga (Miércoles, 13-09-2017, Gaudium Press) El Obispo de Málaga, España, Mons. Jesús Esteban Catalá Ibáñez, presidirá el próximo 7 de octubre la apertura oficial del proceso diocesano de tres causas de beatificación de mártires del siglo XX en la diócesis. En total, los procesos investigarán la vida y martirio de 215 Siervos de Dios que podrían llegar a los altares.
San Manuel González junto a sacerdotes y seminaristas de Málaga, algunos de los cuales fueron martirizados. Foto: Diócesis de Málaga. |
«Mártir significa testigo. Nosotros nos fijamos en estos hombres y mujeres, laicos, sacerdotes y religiosos, jóvenes, mayores, madres de familia, etcétera, por el testimonio que dan de Cristo», explicó el director del Departamento para la Causa de los Santos de la Diócesis de Málaga, P. Antonio Eloy Madueño. «Lo que nosotros vemos y por lo que verdaderamente ellos deslumbran y son luz es por un amor incondicional a Cristo hasta dar la vida. Lo que queremos es alentar a los seguidores de Cristo y enseñar que es posible seguirle y amarle incondicionalmente y dar la vida por Él en el siglo XXI».
Hasta el momento, los fieles se han referido a estos creyentes como «mártires» en un sentido amplio, debido a la fama de santidad originada en las circunstancias de su muerte, «pero la Iglesia no se ha pronunciado definitivamente al respecto», agregó el P. Madueño, «por lo que empezamos oficialmente la apertura de estas causas con el fin de que así sean reconocidos y ofrecidos como testimonio de amor hasta el extremo». El sacerdote recordó que el siglo XX ha sido el de mayor persecución al cristianismo en la historia y que el testimonio de los mártires tiene una gran actualidad en un momento en que la cultura parece no encontrar el sentido de la vida, que es el amor de Cristo.
«Los mártires no eran perfectos en absoluto; eran hombres y mujeres con cualidades y defectos, con miedos y temores; aunque es cierto que un mártir no nace de la noche a la mañana», concluyó el Director. «El martirio es el fruto granado de una entrega diaria, de un ir superando diariamente nuestras limitaciones, de un ir confiando cada vez más en el Señor; no solamente en el momento de recibir las balas, sino en el día a día, en las
persecuciones incruentas pero también reales de cada día».
Con información de Diócesis de Málaga.
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