Redacción (Viernes, 03-11-2017, Gaudium Press) Su nombre es Marcelo Van, fue religioso redentorista vietnamita y actualmente avanza su casusa de beatificación. Destaca de su vida y vocación la estrecha relación que tuvo con Santa Teresita del Niño Jesús. Se dice, incluso, que la santa le hablaba y lo guio en su camino espiritual.
Marcelo nació en marzo de 1928 en Ngam Giao, en el seno de una familia católica que era muy devota y practicante. En familia, junto con sus tres hermanos, solían rezar el rosario todos los días y orar ante el Santísimo Sacramento. Tras la enfermedad de su hermano mayor, Liet, que lo llevó al a ceguera, este ambiente familiar cambia, ya que su padre se pierde en la bebida y en las apuestas. Aquí el pequeño Marcelo empieza a ofrecer sus primeros sacrificios por la conversión de su progenitor, naciendo también en su corazón el deseo de hacerse sacerdote.
En 1942 ingresa al seminario dominico de Langson, pero muy pronto lo abandona por falta de recursos. Regresa al año siguiente, esta vez en Quang Uyen, donde tiene su primer encuentro con Santa Teresita del Niño Jesús: El joven se hallaba en una gran tribulación, por lo que oró con gran devoción a la Virgen solicitándole ayuda para encontrar una guía a través de algún libro de espiritualidad. Colocó sobre una mesa una serie de libros, cerró sus ojos, y tomó uno al azar: era la «Historia de un alma» de Santa Teresa de Lisieux.
Al leer la obra Marcelo se identifica por completo con la vida de la santa, comenzando una especial devoción a la «florecilla». Su filiación era tal que con el tiempo comienza a tener locuciones interiores de la propia santa: «Hermanito, sigue mi consejo, sé siempre atento a ofrecer a Dios tu corazón, tus pensamientos y todas tus acciones. Nuestro Padre celestial nunca desprecia las pequeñas cosas. Desde ahora, hermanito, en tu relación con tu Padre, confórmate con mis consejos».
Santa Teresita le comunicó a Marcelo Van que la Virgen María le indicaría a que orden ingresar. |
Relatos de estos sucesos están incluidos en los escritos de Marcelo quien por petición de su director espiritual, Antonio Boucher, CSSR, escribió sus experiencias durante 8 años. Allí se refleja muy bien la vivencia de la infancia espiritual, y de cómo Santa Teresita se convirtió en guía y modelo para el joven vietnamita. Los relatos están reunidos en el libro «Pequeña historia de Van», primera biografía del joven Marcelo, de autoría del padre Boucher.
«Su vida ejemplar, la pureza de su alma, su obediencia perfecta a su director espiritual y su generosidad frente al sacrificio me dan un prejuicio favorable con relación a la veracidad y a la autenticidad de aquellas comunicaciones», dice de él su director espiritual.
Allí se narra también cómo Marcelo recibió de la propia Teresita del Niño Jesús un anunció que no le fue muy grato: «Dios me dio a conocer que nos serán sacerdote. Serás religioso», señalándole igualmente que la Virgen María le indicaría a que orden ingresar.
Así ocurrió. Un día el joven se encontraba rezando el rosario, y tuvo una visión de un hombre que le preguntaba «Hijo mío, ¿quieres?». A lo que él respondió «Sí quiero». Tiempo después va donde los redentoristas y al ver una imagen se da cuenta que el hombre que le había hecho aquella pregunta era el propio San Alfonso María de Ligorio quien lo convocaba a su congregación. Poco después pediría el ingreso a la Congregación del Santísimo Redentor.
El 17 de octubre de 1944 ingresa al noviciado de los Redentoristas de Hanoi, donde recibe el nombre de Marcelo. Unos meses después, en junio de 1945, tiene una visión mientras oraba ante el Santísimo: vio a Jesús quien lo abrazaba y le mostraba diciéndole que es la «ternura de niño», y a la vez vio una multitud de personas de todas condiciones que insultaban a Jesús, pero Él conservaba su rostro lleno de bondad. Al terminar aquella visión, Marcelo decide entregarse por la salvación de los pecadores.
El 8 de septiembre de 1952 recibe la profesión solemne. Un par de años después es detenido por los comunistas, siendo condenado a 15 años de trabajos forzados. Fallece el 10 de julio de 1959 por causa de la tuberculosis.
Sobre él expresó el Cardenal Francois-Xavier Nguyen Van Thuan, quien también se encuentra en proceso de beatificación y fuese el primer postulador de la causa de Marcelo: «Para respetar la obra de Dios, hay que dejarla intacta, transparente, verdadera, genuina, como el agua limpia apenas salida de su manantial. Esa obra de Dios es Marcelo Van, con todas sus debilidades físicas, sus alegrías, su ternura de niño, sus pruebas humanamente insuperables, sus huidas, su familiaridad con Jesús, María y Teresita. No hay nada que agregar o quitar, no hay leyenda ni sentimentalismo».
Ver también:
¿Qué relación tiene la Madre Teresa de Calcuta con Teresita del Niño Jesús?
Con información de Religión en Libertad.
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