Ciudad de México (Viernes, 03-11-2017, Gaudium Press) A raíz de un polémico encuentro de seguidores de la llamada «Santa Muerte» en la ciudad de Oaxaca, México, el Arzobispo de Antequera, Mons. José Luis Chávez Botello, renovó la advertencia de la Iglesia en contra del culto, ya calificado en varias oportunidades como una superstición e incluso como un culto blasfemo (ver noticia anterior).
El Día de los Difuntos no es una exaltación de la muerte, sino del testimonio de los creyentes y de la necesidad de oración por los fallecidos. Foto: Robert Patton |
«En primer lugar, la muerte no es santa; los santos son personas de carne y hueso que trataron de vivir bien con Dios, quienes se convirtieron en guías de la fe», aclaró el Arzobispo, según reportó InfoCatólica. «La Iglesia nunca va a canonizar, nunca va a poner como modelo algo que no fue persona». El prelado rechazó las manifestaciones de este culto como la elaboración de imágenes, capillas o gestos de devoción. «Son desviaciones y falta de información, carencia de ir a las raíces de la fe, de no tener sustento en lo que somos».
Mons. Botello recordó que el Día de los Difuntos no está dedicado a la muerte, sino a la conmemoración de los fieles que han fallecido y que han dejado un legado a las nuevas generaciones. «No perdamos la oportunidad en estas fechas, el agradecer la vida y el trabajo de ellos, porque de ellos seguimos, nos cuidaron, nos formaron y la mejor manera es cuidar las semillas que ellos dejaron: no destruyamos su herencia de valores», animó el Arzobispo.
De una manera similar, el Obispo de Celaya, Mons. Benjamín Castro, recordó el sentido cristiano de las celebraciones de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, y recomendó a los fieles no exaltar la muerte sino el testimonio de vida, contrario al culto supersticioso a la llamada «Santa Muerte». «La Santa Muerte es la ausencia de vida», expresó el Obispo, quien recordó que el término sí existen en la Iglesia pero es muy distante al empleado para la idolatría. «Hablar de la Santa Muerte es ‘tenerla’, es vivir en paz con Dios, confesados. Debe cambiarse el contexto, debería ser una muerte santa».
«Se amparan en esto para hacer el mal, se encomiendan a la Santa Muerte, y no es una persona, no es un santo, es la carencia de toda vida», agregó el prelado. «Han hecho una religión como si fuera una iglesia y se amparan las personas que andan en malos pasos. Debemos aclarar que Cristo no nos salvó con su muerte; su salvación llegó con el sacrificio, la prueba de amor al extremo, su vida entregada hasta la muerte, el mayor signo; dar la vida por amor».
Con información de InfoCatólica.
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