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Detroit (Miércoles, 15-11-2017, Gaudium Press) La Arquidiócesis de Detroit, Estados Unidos, dio inicio al proceso de aplicación de los lineamientos incluidos en la Carta Pastoral «Unleash the Gospel» (Desaten el Evangelio) en la que el Arzobispo Mons. Allen Vigneron, pidió una especial consideración por la preparación matrimonial a la que calificó como un «segundo catecumenado», además de un apoyo a las familias en circunstancias difíciles. La idea de un segundo catecumenado ya resonaba en el primer Sínodo sobre la Familia de 1980 y en la Encíclica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II.
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| Un segundo catecumenado prepararía a las parejas para un mayor compromiso en la vivencia del Matrimonio. |
«Todos estamos conscientes de que la familia de hoy está en crisis. Vivimos en una sociedad que devalúa la vida humana, rechaza el plan de Dios para el matrimonio, y redefine a la familia de acuerdo con ideas humanas», afirmó el prelado en su Carta Pastoral de junio de 2017. Síntomas como el divorcio, la cohabitación, la confusión de género, el individualismo y la mentalidad antinatalista, requieren una acción especial por parte de la Iglesia. «Hoy en día las familias enfrentan retos sin precedentes, y por esta razón nuestra Iglesia local debe comprometer gran parte de sus recursos en apoyar las familias y ayudarles a vivir su llamado a la santidad».
Para lograr estos objetivos y transformar a las familias en auténticas iglesias domésticas, los padres de familia deben ser evangelizados y catequizados de forma que puedan transmitir la fe y quienes se preparan para el sacramento del Matrimonio deben asumir a cabalidad su misión. «El Arzobispo en realidad nos está llamando a las armas», comentó a National Catholic Register el Obispo auxiliar Mons. Gerard Battersby, encargado de la implementación de las directivas concernientes a la preparación de los aspirantes al Matrimonio. El concepto de «segundo catecumenado» ilumina este esfuerzo y la noción de discipulado debe involucrarse en todos los aspectos de la vida, de forma que las uniones se identifiquen con el amor desinteresado de Dios, según expuso el prelado.
El documento tiene la visión de matrimonios que se forman en la comunión con Jesucristo y que lo siguen en la santificación de toda su vida, llevando un testimonio que santifique a su vez el mundo. «Hay un modelo para nuestra vida, nuestra entrega personal y nuestra realización, y ese es Jesucristo», expuso Mons. Battersby. El concepto de catecumenado supera al de catequesis, ya que no se trata sólo de formación, sino de acompañamiento y de fomento de una relación más profunda con Cristo y la Iglesia, con la convicción de que el Matrimonio es el inicio de una vida sacramental conjunta.
Con información de National Catholic Register.
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