Roma (Sábado, 18-11-2017, Gaudium Press) El Vocero de la Conferencia Episcopal de Italia, Mons. Iván Maffeis, anunció que el conocido mafioso Salvatore Toto Riina, fallecido el pasado 17 de noviembre, no podrá recibir los ritos de funeral público en la Iglesia Católica. Esta medida busca evitar el escándalo de quienes interpretarían el rito como una aprobación de la Iglesia a las conductas públicas del fallecido y no constituye una sentencia sobre el estado del alma de Riina.
La Iglesia cuida que la realización de los ritos funerales nos ea ocasión de escándalo para los fieles. |
«La condena de la mafia por parte de la Iglesia es clarísima. A la luz de esta postura, se debe excluir el funeral público para Riina», expuso Mons. Maffeis, según informó Vatican insider. «A la Iglesia le importa la educación de las conciencias, la educación a la legalidad, sostener a todas las personas que levantan la cabeza contra la mafia». Si la familia lo solicita, la Arquidiócesis de Monreal consideraría la posibilidad de una oración privada que no fuera ocasión de escándalo.
Mons. Maffeis explicó que la medida es de carácter externo y no tiene efecto sobre el estado del alma del difunto en el momento de su muerte, el cual define su salvación o condenación eterna. «Obviamente, existe el tribunal de Dios, que no sustituimos, aunque debemos considerar la importancia de los signos», agregó. En cualquier caso, los funerales públicos de una persona cuya vida se caracterizó por una estrecha relación con el crimen (Riina es sospechoso de unos 40 asesinatos directos y posiblemente 110 de los cuales sería autor intelectual), «sería un signo que confunde», en palabras del vocero.
El Arzobispo de Monreal, Mons. Michele Pennisi, se pronunció también sobre este mismo tema, ya que Corleone, pueblo natal de Riina, es parte de su jurisdicción eclesiástica. «La tarea de la Iglesia es la de educar las conciencias a la justicia y a la legalidad, y contrarrestar la mentalidad mafiosa», expuso el prelado. «Al tratarse de un pecador público, no se podrán llevar a cabo las exequias públicamente. Si los familiares lo pidieran, se estudiaría la posibilidad de hacer una oración privada en el cementerio».
Con información de Vatican Insider.
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