Misionero recuerda permanencia de situación de caos y pobreza en República Centroafricana

Bangui (Lunes, 20-11-2017, Gaudium Press) El P. Federico Trinchero, Carmelita descalzo del monasterio de Nuestra Señora del Carmelo en Bangui, República Centroafricana, ofreció un balance de la situación actual del país, que permanece en una situación de grave inestabilidad y pobreza. Los enfrentamientos continúan mientras un 80 por ciento del territorio nacional aún es controlado por fuerzas rebeldes.

Refugiados centroafricanos en Camerún. Foto: ACNUR/F.Noy

«La situación relativamente tranquila en Bangui podría hacer caer en engaño», indicó el sacerdote a la agencia Fides. «En el interior del país, la situación bastante diferente. Desde mayo, algunos grupos de rebeldes, – no siempre identificables según su origen y objetivos-, han causado cientos de muertes, hogares quemados y miles de refugiados en varias ciudades y pueblos». El presbítero explicó que la grave ausencia estatal continúa siendo un problema que alimenta la guerra.

A pesar de las elecciones de un nuevo presidente y la presencia de organismos multilaterales no se hann producido los resultados esperados. «No hemos podido avanzar. De hecho, puede ser que hayamos retrocedido», lamentó el sacerdote. «Este tipo de situaciones se lleva produciendo desde hace mucho tiempo. Existe el riesgo de acostumbrarse a la guerra, como si fuese algo inevitable». Las autoridades han sido ineficaces o parecen haber renunciado a imponer el orden en un país donde los rebeldes controlan el territorio e imponen sus leyes.

El segundo aspecto de la grave situación es la situación generalizada de pobreza. «Somos el último país, el más pobre del mundo. Centroáfrica se encontraba ya antes en el fondo de la lista», afirmó el P. Trinchero. «Pero estos últimos años de guerra han consumido los pocos recursos que tenía». A pesar de que estos indicadores podrían inspirar desesperanza, para el misionero se convierten también en un motivo para animarse. «Desde tan bajo lo único que puede hacerse es remontar. Y no tiene sentido seguir acusando a un enemigo, indefinido, o esperar a que alguien, casi por arte de magia, cambie la situación porque existan las condiciones para empezar a hacer algo. Tal vez es hora de comenzar a hacer algo para que la situación cambie». El sacerdote expresó su esperanza de que dichas acciones sean hechas «por los mismos centroafricanos, en un grande, colectivo y esperado impulso de amor por la propia patria».

Con información de Fides.