Ciudad de México (Martes, 21-11-2017, Gaudium Press) El Card. Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, realizó en su homilía del pasado 19 de noviembre un elogio de la mujer, haciendo eco de la lectura del Libro de los Proverbios y lamentando que en la actualidad las mujeres sufran presiones para negar su propia identidad y frecuentemente se desprecie la maternidad. «La mujer tiene innumerables talentos, pero su talento fundamental es ser mujer, su feminidad», afirmó.
Card. Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México. Foto: Siame. |
«Jesucristo, desafiando la opinión de sus contemporáneos, admitió a las mujeres en su seguimiento, habló con ellas y por ellas, las valoró y respeto sus sentimientos, y frente a sus errores, como en el caso de Magdalena y la mujer adúltera, salió en defensa de su dignidad y les mostró su amor misericordioso», recordó el Purpurado quien explicó que las mujeres tuvieron un papel importante en el ministerio de Cristo y lo acompañaron hasta la cruz y siendo testigos de la resurrección. «En Cristo, plenitud de los tiempos, la igualdad y complementariedad con que el hombre y la mujer fueron creados se hace posible».
El Cardenal recordó la misión de los hombres y las mujeres en la continuación de la obra creadora de Dios, para lo cual deben poner por obra los talentos recibidos de Dios. La Palabra de Dios inspira «para que la mujer de nuestros días descubra su propia identidad, ponga a trabajar sus propios talentos y ocupe el lugar que le corresponde en la familia, en la sociedad y en su Iglesia. Esto es muy importante ya que continuamente recibe invitaciones a esconder su propia feminidad o a ser un objeto de la publicidad».
«La maternidad se presenta como esclavitud, la familia como fruto de la ideología burguesa y la feminidad como trampa inventada por los hombres para dominar», denunció el purpurado. «Un feminismo así nos llevaría a una sociedad de alienados, a una sociedad que con el pretexto de igualdad nadie tendría identidad. Debemos reafirmar la diversidad y la complementariedad del hombre y la mujer y al mismo tiempo la igual dignidad».
El proyecto de Dios para el hombre y la mujer se encuentra inscrito en la Creación, cuando Dios no quiso dejar solo al varón. «Dios no responde creando otro hombre, sino creando a la mujer», concluyó. «La mujer tiene innumerables talentos, pero su talento fundamental es ser mujer, su feminidad. Afortunadamente hoy gana terreno el creciente ingreso de la mujer en la construcción de la sociedad y de la Iglesia, pero hacen falta pasos más concretos hacia la igualdad real y la reafirmación de que el hombre y la mujer se realizan en la reciprocidad, en la diversidad y en la igualdad».
Con información de SIAME.
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