Ciudad del Vaticano (Martes, 21-11-2017, Gaudium Press) Durante el primer domingo en que el Papa Francisco conmemoró el Día Mundial de los Pobres, instituido por él, durante su reflexión realizada en la Plaza San Pedro con ocasión del Ángelus, el Pontífice afirmó que para seguir adelante y crecer en el camino de la vida es preciso no tener miedo: es preciso tener confianza.
Su exhortación nació del trecho del Evangelio del día (Mt 25,14-30), que narra la parábola de los talentos.
Su invitación fue para que no sean desperdiciados los dones que Dios nos dio.
Elecciones equivocadas que nacen del miedo
Al comentar la actitud del siervo que, por miedo de su señor enterró el talento que le fue confiado, Francisco subrayó que este siervo no tiene una relación de confianza con su patrón.
Para el Papa aquel siervo no tiene confianza, sino miedo paralizante. Y el miedo inmoviliza siempre y muchas veces lleva a elecciones equivocadas.
Fue por eso que Francisco dijo a los peregrinos que la Parábola narrada por San Mateo nos lleva a entender porqué es importante tener una idea verdadera de Dios:
«No debemos pensar que Él es Señor inclemente, duro y severo que quiere castigarnos. Si dentro de nosotros hay esta imagen equivocada de Dios, entonces nuestra vida no podrá ser fecunda, porque viviremos en el miedo y eso no nos llevará a nada bueno. Somos llamados a reflexionar para descubrir cuál es verdaderamente nuestra idea de Dios.»
Características de Dios
El Santo Padre recordó que, desde el Antiguo Testamento, Dios se muestra como un «Dios misericordioso y compasivo, lento a la ira y rico de amor y de fidelidad».
Dijo que en el Nuevo Testamento Jesús siempre nos mostró que Dios no es un Señor severo e intolerante, sino un Padre repleto de amor, de ternura, un Padre lleno de bondad. Y es de aquí que nace la posibilidad de poder y deber tener una inmensa confianza en Él:
«Jesús nos muestra la generosidad y la solicitud del Padre de muchos modos: con su palabra, con sus gestos, con su acogida, especialmente para con los pecadores, los pequeños y los pobres; pero también con sus advertencias, que revelan su interés a fin de que no desperdiciemos inútilmente nuestra vida. Efectivamente, es señal de que Dios tiene gran estima por nosotros: esa consciencia nos ayuda a ser personas responsables en toda nuestra acción», dijo Francisco.
No enterrar los talentos: responsabilidad para ser fiel
Con sus palabras el Papa indica que la parábola de los talentos llama a cada uno de los fieles a una responsabilidad personal y a una fidelidad que tiene la capacidad y el don de reconducir nuevamente en el camino, en nuevas estradas y nuevas veredas, sin «enterrar el talento».
El Papa tuvo la intención de recordar que Dios dio, a cada uno, dones y talentos. Y que el Señor, un día, nos pedirá cuentas del uso que de ellos hicimos. Exactamente como sucedió en la parábola de los talentos, narrada por San Marcos. (JSG)
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