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Neuquén (Jueves, 23-11-2017, Gaudium Press) Fructífero ha sido el 5º Congreso Misionero Nacional que tuvo lugar en Neuquén, Argentina, del 18 al 20 de noviembre. A la cita misionera han acudido 600 personas de todo el país austral en torno al lema «Argentina en misión, el Evangelio de la alegría». La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) a través de una nota de prensa, ha dado a conocer las conclusiones del evento.
Tres elementos conforman tales conclusiones: «observamos, creemos que, y proponemos». En cuanto al primer aspecto, los participantes dicen observar «que en Argentina existe una mayor conciencia misionera (…); un cambio y renovación de las estructuras pastorales a través de gestos y acciones propias de la Iglesia en salida; una profundización en la formación, como consecuencia de su importancia en la actividad misionera; y en la espiritualidad a través de una mayor valorización de la piedad popular».
Indican observar, asimismo, dificultades de comunicación, resistencia y miedo a los cambios y al salir al encuentro, que, según ellos se deben a la «falta de confianza en la eficacia del Evangelio»; así como «signos de cansancio, desinterés y poca pasión en la tarea evangelizadora».
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| La hermana Cilena Rojas Arispe, de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Bolivia, presentó una ponencia para profundizar sobre las prioridades del compromiso misionero / Foto: CEA. |
Los misioneros argentinos creen que «la alegría de evangelizar echa sus raíces en el encuentro con Cristo resucitado, que reconocemos en el otro; esta alegría pascual es la que nos ayuda a superar el miedo, la comodidad y la indiferencia; que la misión expresa el amor de Dios y la misericordia por todos; y que la fe se vive y se testimonia desde una comunidad de discípulos misioneros».
Como propuestas, los participantes del Congreso Misionero Nacional plantean «generar ámbitos de encuentro con Cristo a través de una espiritualidad misionera centrada en la Eucaristía y la Palabra de Dios; acrecentar la formación misionera en todos los ámbitos pastorales; favorecer los vínculos de comunión y el trabajo en equipo para un testimonio misionero fecundo; disponernos a la escucha de nuestro pueblo, acrecentando la salida al encuentro con los pobres; y revitalizar espacios de difusión, formación y acompañamiento de las vocaciones ‘ad gentes'».
Los misioneros también confían en que el Señor «infunda en nuestra vida la fuerza de su Espíritu Santo para que renueve en nosotros la pasión por la misión y nos haga anunciadores de la alegría del Evangelio».
El Congreso fue clausurado con una Eucaristía que presidió Mons. Fernando Croxatto, Obispo de Neuquén, quien durante la homilía dijo que «el verdadero misionero que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, respira con él, trabaja con él».
Señaló que la misión «es salir para detenerse, es andar por parajes, pueblos, ciudades, realidades sociales, los areópagos modernos. Pero no solo pasando, sino deteniéndose. Dejando que nos detengan para acercarnos, mirar a los que gritan desde las orillas».
Durante el evento se presentaron varias ponencias, entre ellas la ofrecida por Mons. Enrique Eguía Seguí, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, quien habló sobre «Misericordia y Misión». También estuvo presente el Obispo Emérito de Neuquén, Mons. Virginio Bressanelli, quien se refirió a «La Alegría pascal, misión profética»; y la hermana Cilena Rojas Arispe, de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Bolivia, quien profundizó en las prioridades del compromiso misionero.
El Congreso fue coordinado por la Comisión Episcopal de Misiones desde la Comisión Nacional de Misiones (CoNaMis), en unión con las Obras Misionales Pontificias y la diócesis Neuquén.
Acrecentar la conciencia misionera de Argentina era uno de los objetivos de este congreso, que también tuvo lugar en preparación al Congreso Misionero Latinoamericano que ocurrirá en Bolivia en julio de 2018.
Con información de la CEA y OMPRESS.
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