Washington (Viernes, 01-12-2017, Gaudium Press) Mons. William Lori, Arzobispo de Baltimore y Expresidente del Comité Ad Hoc de los Obispos de Estados Unidos para la Libertad Religiosa expuso al informativo Crux sus observaciones sobre la situación actual del país en materia de libertad religiosa y la importancia de una próxima sentencia de la Corte Suprema que definirá si un pastelero puede negarse a prestar sus servicios cuando considera que esto sería cooperar en celebraciones que van en contra de su conciencia.
Mons. William Lori, Arzobispo de Baltimore, Estados Unidos. Foto: Caballeros de Colón. |
Para el prelado, las controversias recientes como las suscitadas por el llamado mandato antinatalista o las imposiciones a servicios caritativos de la Iglesia en materias como el aborto o las políticas migratorias pueden ser señales de un problema de gran importancia para los creyentes. «Creo que esos desafíos legales, judiciales y políticos tal vez sean indicadores de un cambio en el pensamiento sobre la libertad religiosa en una cultura más amplia», comentó Mons. Lori. «Si bien muchas personas todavía la valoran como una libertad fundamental y una parte muy importante de la dignidad humana, existen corrientes de pensamiento en la sociedad donde no es así».
Para superar estas dificultades, la Iglesia ha librado una notable lucha. La enmienda del mandato antinatalista requirió un esfuerzo constante durante seis años y procesos presentes y futuros permitirán saber en qué grado la libertad religiosa continúa amenazada. El caso de Masterpiece Cakeshop versus Colorado Civil Rights Commission puede definir la aplicabilidad del derecho a la objeción de conciencia. «Si puedes objetar conscientemente a la guerra, deberías ser capaz de objetar conscientemente el aborto o la redefinición del matrimonio», propuso el Arzobispo. «Eso no significa que faltas el respeto a las personas que están involucradas y eso no significa que odies a las personas. Significa que estás respetuosamente en desacuerdo y te niegas a participar».
El prelado expuso su esperanza de que el estudio de este caso promueva el diálogo y el respeto de los puntos de vista de las personas, en lugar de radicalizar o dividir. «Si nos fijamos en las culturas y las sociedades que no tienen libertad religiosa, no son lugares justos y buenos, son lugares muy brutales y difíciles. La libertad religiosa es una buena noticia para las estructuras realmente básicas de la sociedad, como las familias, las escuelas y las organizaciones comunitarias», concluyó Mons. Lori. «Hay desafíos que son legales y legislativos, pero el reto más amplio que tenemos es proclamar a nuestra cultura el regalo de la libertad religiosa como una buena noticia. Es parte de la buena noticia sobre la dignidad humana, y es esencial para el bien común».
Con información de Crux.
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