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Abuelo, viudo y ahora sacerdote

Córdoba (Martes, 05-12-2017, Gaudium Press) Su nombre es Héctor Luis Muiño, es abuelo, padre de un sacerdote, viudo y ahora cura; una historia de vocación única. Su ordenación sacerdotal ocurrió el sábado 2 de diciembre en la parroquia San Francisco Solano en la ciudad de San Francisco del Chañar, Provincia de Córdoba, Argentina, de manos de Mons. Gustavo Gabriel Zurbriggen, prelado de Deán Funes.

«Hoy estamos celebrando con alegría creyente una larga historia vocacional, que hoy suma un nuevo llamado, esta vez al sacerdocio ministerial, que Jesús Resucitado le hizo a Héctor y su respuesta generosa a esta nueva y desafiante invitación de Jesús. La ordenación sacerdotal es el resultado de una experiencia de fe, de encuentro con Jesús vivo, que llama y al que se le responde con un sí generoso, que es entregar al Señor la propia vida para el servicio de su Pueblo», dijo el prelado durante la homilía de la Misa de ordenación sacerdotal, a la que acudió también el hijo sacerdote de Muiño.

El camino de encuentro con Jesús tiene varias etapas en la vida del nuevo sacerdote. Es misionero desde hace más de 30 años, cuando llegó a la Prelatura de Deán Funes con su esposa y su familia para consagrarse a la misión y a la catequesis en los lugares alejados del norte de la provincia de Córdoba.

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El Padre Héctor Luis Muiño es ahora el administrador parroquial de la parroquia San Francisco Solano de San Francisco del Chañar / Foto: Prelatura de Deán Funes.

«Precisamente fue esa experiencia de fe, de encuentro con Jesús vivo, presente en la Eucaristía, en la Palabra y en la comunidad: los hermanos, especialmente los más pobres, lo que cautivó, enamoró el corazón de Héctor y de Nora, su esposa, desde muy jovencitos. Ellos escucharon el llamado a ser esposos misioneros y se han dedicado con el todo el corazón a anunciar el Evangelio a los hermanos primero en el norte del país y después en la Prelatura donde no han dejado paraje, lugar, comunidad sin visitar para anunciar la Buena Noticia de Jesús», comentó en la homilía Mons. Zurbriggen.

Un recorrido de fe, que tras la pérdida de su esposa, lo llevó a tomar la decisión de servir a Jesús y a su Iglesia desde el ministerio sacerdotal. «Ahora, más grande, Héctor papá y abuelo, con Nora acompañándolo desde el Cielo, ha escuchado un nuevo ‘sígueme’. Un ‘sígueme’ al sacerdocio ministerial que enamora, que ha enamorado de nuevo el corazón de Héctor para el servicio del Pueblo de Dios que se le confía», comentó el prelado.

«Querido Héctor: hoy Jesús te llama nuevamente a su seguimiento, a ser discípulo, pero ahora como Presbítero. Por eso tendrás que aprender de su estilo pastoral. Sobre todo, contagiarte de su compasión y su misericordia (…) Se trata de ir al encuentro de las comunidades y de cada persona para alimentarlos con la Palabra, los Sacramentos y con el servicio de la caridad», siguió.

Varios momentos emotivos marcaron la ordenación sacerdotal de Muiño, entre ellos el recuerdo de su esposa, Nora, y la imposición de manos de su propio hijo, así como la lectura de decreto en el cual Mons. Zurbriggen nombró al nuevo sacerdote como administrador parroquial de la parroquia San Francisco Solano, que atiende a 12 localidades rurales.

Con información de AICA.

 

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