Washington (Sábado, 09-12-2017, Gaudium Press) Calificado como la «joya de la corona» de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos, el nuevo mosaico del Domo de la Santísima Trinidad fue consagrado el pasado 08 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción. El mosaico es uno de los más grandes del mundo, con más de 14 millones de piezas de cristal veneciano con más de mil variaciones de color y un peso total aproximado de 24 toneladas.
El mosaico del Domo de la Trinidad en la Basílica Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos. Foto: Basilica of the National Shrine of the Immaculate Conception. |
La dedicación del mosaico significa la culminación de los trabajos de construcción y ornato del notable templo que comenzaron en 1920. La Basílica es uno de los 10 templos más grandes del mundo y la culminación del mosaico fue posible gracias a las contribuciones de una colecta nacional, la segunda realizada en favor del templo en sus casi 100 años de historia.
«Este mosaico honra, sobre todo, la verdad de que Cristo es la imagen visible del Dios invisible», expresó el Arzobispo de Washington, Cardenal, Donald Wuerl, durante la dedicación del mosaico. «El eterno Hijo de Dios, que vino al vientre de la Santísima Virgen, es el signo y sacramento de Dios Padre».
Entre los presentes en la dedicación se encontraba el Card. Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio de Laicado, Familia y Vida y enviado papal para la celebración, y doce Obispos. El anterior Rector de la Basílica y hoy Obispo de Wheeling- Charleston, Mons. Michael Bransfield, también hizo parte de los concelebrantes, al igual que el actual Rector, Mons. Walter Rossi.
«Lo que celebramos hoy, lo que dedicamos y consignamos a las generaciones por venir es la culminación de la Basílica representada en el ornato de todo su interior, culminando en la presentación de María con su título de la Inmaculada Concepción bajo la radiante imagen de nuestro Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo». Para el Cardenal, los brillantes azulejos del mosaico son símbolo de los numerosos miembros que componen el Cuerpo Místico de Cristo, parte de una misma familia.
Jem Sullivan, Secretaria de Educación de la Arquidiócesis de Washington, describió para National Catholic Register el significado de la obra de arte sacro. «El Mosaico del Domo de la Trinidad es un ejemplo extraordinario de la vocación del arte sacro que evoca y glorifica el misterio trascendente de Dios», comentó.
El mosaico representa a los cuatro Evangelistas que sostienen un círculo con las palabras del Credo. «Cuando uno eleva la vista, ve las enormes figuras resplandecientes de Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en forma de paloma (…)», describió Sullivan. Del otro lado se encuentra la Santísima Madre de Dios en su Inmaculada Concepción, sus brazos abiertos con su mirada maternal de amor y protección sobre todos los que la miran. Y alrededor del círculo del Domo de la Trinidad, en una procesión de ángeles y santos, están los hombres y mujeres santos cuya fe invita y guía nuestro camino de fe y amor de Dios».
Con información de Arquidiócesis de Washington y National Catholic Register.
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