Milán (Lunes, 11-12-2017, Gaudium Press) En respuesta a la invitación que hizo el Papa Francisco de no amar de palabra sino con obras, con ocasión de la 1ª Jornada Mundial de los Pobres, celebrada el 19 de noviembre, la Diócesis de Milán pondrá en marcha una iniciativa para que los jóvenes se animen a compartir la Navidad con quien más necesita.
«¿Hacemos fiesta juntos? La audacia de la convivencia fraterna», es el lema de esta iniciativa que anima el Servicio Juvenil Diocesano y tendrá lugar del 23 de diciembre al 7 de enero, con el objeto de proponer a las nuevas generaciones a compartir la alegría del nacimiento de Jesús con los más pobres, ofreciendo un servicio voluntario en alguna institución diocesana que acompañe a los desfavorecidos.
«El futuro se construye en la empresa compartida de hacerse cargo de los unos y los otros, con particular atención a los pobres. El primer paso hacia una tendencia generalizada a ceder a la tentación del pesimismo y a la retirada, es propiamente aquel ‘contagio de la esperanza’ el que hace nacer el deseo de una vida buena, capaz de acoger a los hermanos y alimentar la audacia del compartir fraterno», dice Mons. Mario Delpini, Arzobispo de Milán, en referencia al lema de esta iniciativa.
La iniciativa es animada por el Servicio Juvenil Diocesano / Foto: chiesadimilano.it. |
El prelado, también dice que la fraternidad, que no nace de los vínculos de sangre o de hábitos compartidos, «es fruto de una referencia superior, de una consideración más confiada al evento humano. La fraternidad que nace de ser hijos únicos de Padre hace posible la cultura del encuentro que subraya el Papa Francisco también en su mensaje».
La propuesta se llevará a cabo en cuatro lugares: Refectorio Ambrosiano, la Casa de la Caridad, la Obra San Francisco y el Voluntariado de Cáritas Ambrosiana.
«Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad», tomada de 1Juan 3, 18, es el hilo conductor de la iniciativa.
Compartir como estilo de vida
El Papa Francisco en el mensaje para la 1ª Jornada Mundial de los Pobres hace una invitación a pensar en los pobres no sólo como una buena obra de voluntariado que se hace una vez a la semana, sino en acciones que introducen a un verdadero encuentro con los pobres dando lugar «a un compartir que se convierta en un estilo de vida».
«En efecto -continúa el Pontífice-, la oración, el camino del discipulado y la conversión encuentran en la caridad, que se transforma en compartir, la prueba de su autenticidad evangélica. Y esta forma de vida produce alegría y serenidad espiritual, porque se toca con la mano la carne de Cristo».
El Santo Padre, también señala en el mensaje: «No olvidemos que para los discípulos de Cristo, la pobreza es ante todo vocación para seguir a Jesús pobre. Es un caminar detrás de él y con él, un camino que lleva a la felicidad del reino de los cielos. La pobreza significa un corazón humilde que sabe aceptar la propia condición de criatura limitada y pecadora para superar la tentación de omnipotencia, que nos engaña haciendo que nos creamos inmortales».
De la redacción de Gaudium Press, con información de chiesadimilano.it.
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