Fátima – Portugal (Lunes, 11-12-2017, Gaudium Press) Las conmemoraciones del Centenario de las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima ya forman parte del pasado, sin embargo «Fátima continuará acompañando la historia de la humanidad». La afirmación es de Mons. Antônio Marto, Obispo de Leiria-Fátima.
En entrevista para el más reciente número de la revista ‘Fátima XXI’, concebida en el cierre de las celebraciones del Centenario de las Apariciones, el prelado invita a «leer la historia a partir de las víctimas», «de los que sufren, de los olvidados, de los descartados».
A los lectores, Mons. António Marto subraya la dimensión profética de Fátima, que la celebración de este primer Centenario evidenció, como pórtico para el inicio de la vivencia de un nuevo ciclo.
Fátima en el Contexto de la Historia de la Humanidad
«Fátima continuará acompañando la historia de la Humanidad» y «nos interesa consolidar los dinamismos que fueron creados, a partir de un programa para el próximo trienio que tiene por temas: Fátima como don para la Iglesia y para la humanidad; la experiencia de la Iglesia reunida y meta de peregrinación; y el llamado a la vida con Dios, sobre todo el aspecto de la santidad. Ocurrió una visión global y ahora tenemos que llevar a la vivencia», afirma el obispo diocesano en la entrevista a la revista «Fátima XXI».
«Otro aspecto que puede traer novedad es el acompañamiento de la historia, que es siempre nueva y cambia de un momento para el otro. La apertura al Asia es una señal», agrega destacando el crecimiento de los peregrinos asiáticos, en particular de la China continental y de Corea del Sur, en el Santuario.
Fátima para Portugal
En la entrevista el obispo de Leiria-Fátima destaca también la importancia de Fátima para Portugal, retomando lo que fue dicho por el Presidente de la República al clausurarse las celebraciones del Centenario.
«Fátima es una parte esencial de la historia de Portugal» y «Portugal no puede olvidar el acontecimiento de Fátima, que forma parte de su historia, y que el mensaje no es algo cerrado, solo para los católicos y para los creyentes, sino tiene una carga de humanismo muy grande. Es una inspiración de fraternidad, solidaridad y de paz». (JSG)
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