viernes, 22 de noviembre de 2024
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Una prueba biológica – y bella – de que el nacimiento de Cristo ocurrió en diciembre

Washington (Miércoles, 13-12-2017, Gaudium Press) La bióloga molecular y catequista Rebecca Salazar expuso en la plataforma católica Aleteia una evidencia biológica que contribuye a ubicar en el mes de diciembre la fecha de nacimiento de Cristo y que se relaciona con un sorpresivo dato teológico que puede aportar una visión novedosa a nuestra comprensión del misterio del Nacimiento del Salvador. Su hallazgo le permitió superar un cierto escepticismo sobre la precisión de la tradición y se relaciona de forma concreta con su formación científica.

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Los datos biológicos respaldan la celebración de la Navidad en el mes de diciembre. Foto: Gaudium Press.

«Hace mucho tiempo, acepté la idea de que el 25 de diciembre probablemente no era la fecha real del nacimiento de Cristo, que la fecha real era desconocida, pero probablemente en la primavera», relató Salazar, quien creyó que la designación del día 25 de diciembre correspondía a un aspecto legendario y que sería una de las ilusiones infantiles que se dejan de lado al crecer. Sin embargo, no dejó de investigar cuál podría ser la fecha auténtica.

Un primer acercamiento a la evidencia histórica le permitió conocer su coincidencia con la fecha probable del ingreso de Zacarías al templo y el anuncio de la gestación de su esposa Isabel, quien tenía seis meses de embarazo cuando el Ángel anunció la Encarnación del Señor a la Santísima Virgen. Otro importante argumento es la tradición de que los grandes profetas fueron engendrados y murieron en la misma fecha. Para el Mesías, esta fecha fue el 25 de marzo, fijada como Fiesta de la Anunciación, pudiendo ubicarse la fecha de su nacimiento nueve meses después, el 25 de diciembre. «Son buenos argumentos, mantenidos según estrictos estándares de investigación histórica y lógica, dentro de sus propios campos», comentó Salazar.

Para la investigadora, sin embargo, estos datos no le satisfacían, por encontrarse en búsqueda de un hecho material concreto. Una de sus objeciones era la posible explicación de la presencia de pastores en los campos en medio de la noche cuando recibieron el anuncio del nacimiento del Mesías: estar a la espera del parto de sus animales, algo que normalmente ocurre en primavera. Alguien le hizo esta pregunta concreta y Salazar, en lugar de exponer las razones religiosas para elegir el 25 de diciembre, resultó preguntándose si sus datos eran correctos. «¿Realmente nacieron los corderos en primavera en Israel?», se cuestionó. «¿Puedo averiguarlo?».

«La oveja Awassi es una oveja del desierto, una raza de cola gorda que ha existido en el Medio Oriente durante aproximadamente 5,000 años. Es la única raza indígena de ovejas en Israel. Se crían para lana, carne y leche», resumió la redactora sobre sus hallazgos. «La oveja awassi se reproduce en el verano y da a luz sus corderos en el invierno, cuando hay suficiente pasto para las ovejas en lactancia. En Israel, la temporada principal de parto es de diciembre a enero». Estos datos cambiaron su perspectiva. «Esto es práctico, pensé. Esto es un hecho. Esto es biología».

Las evidencias resultaron no sólo hablar en favor de la tradición litúrgica de la Iglesia, sino que le comunicaron un aspecto hasta entonces desconocido para ella. «Jesús, el Cordero de Dios, nació al mismo tiempo y en el mismo lugar que todos los corderos pascuales», reconoció. «Por supuesto, esta fecha fue tal para que el día de su entrada y salida del mundo sea el mismo. Por supuesto,el nacimiento de Juan el Bautista es cuando es porque el nacimiento de Jesús realmente es cuando es».

«La biología otorga gran valor a la simetría, y aquí había una simetría para deleitar mi intelecto, una simetría de la historia y la teología y la biología», concluyó Salazar. «Antes, honestamente había llorado la pérdida de mi asombro infantil; ahora encuentro que esta comprensión ha producido un asombro mayor y más profundo sobre la providencia de Dios. Es realmente correcto y justo».

Con información de Aleteia.

 

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