Santiago (Jueves, 08-10-2009, Gaudium Press) El pasado martes 6 de octubre se efectuó en el Salón de Honor del Ex Congreso Nacional la entrega del Premio Héroe de la Paz 2009, al sacerdote diocesano padre Mariano Puga. La condecoración instituida por la Universidad Alberto Hurtado, fue entregada por la Presidenta de la República Michelle Bachelet y por el rector de dicha casa de estudios, padre Fernando Montes.
A la entrega asistieron diversas autoridades civiles y militares, personeros de gobierno, religiosos y religiosas, laicos; y vecinos de las distintas poblaciones en donde el Padre Puga ha ejercido su ministerio. Entre las autoridades religiosas se destacaban el Arzobispo de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz, monseñor Fernando Chomali, Obispo Auxiliar de Santiago, el Padre Eugenio Valenzuela, Provincial de la Compañía de Jesús, y el Padre Fernando Montes, rector de la Universidad Alberto Hurtado.
En su intervención, el padre Fernando Montes dirigió sus palabras al galardonado expresando que la categoría de héroe del bicentenario está dedicada a quienes trabajan por la paz y que por medio de este premio se quiso condecorar «al sufrido pueblo chileno, a las poblaciones donde tú trabajaste». Igualmente afirmó: «Mariano es para nosotros un modelo de sacerdote del Concilio (Vaticano II): sencillo, cercano, amante de los pobres» y reconoció su labor como sacerdote obrero, su presencia entre los más sencillos y su incasable defensa de los derechos humanos.
Por su parte, la Presidenta Michelle Bachelet expresó: «Para mí es una satisfacción muy profunda acompañarlos a todos ustedes en este reconocimiento que se expresa en una condecoración, pero que en verdad se trata de un acto de justicia puesto que se busca distinguir a un hombre muy respetable y que ha encarnado ciertos valores que necesitamos que impregnen nuestra convivencia, en primer lugar, el amor al prójimo». Luego señaló: «Siento que la vida de Mariano Puga la podría sintetizar muy bien en una palabra: consecuencia. Consecuencia para servir a su Iglesia, para servir a los más pobres, consecuencia para defender los derechos humanos, la paz y la libertad».
Recordando parte de su biografía la Mandataria destacó su decisión de abandonar su futuro como arquitecto de la Universidad Católica para dedicar su vida entera a vivir junto a los más necesitados y a servirlos, incluso en los tiempos más difíciles. «Cuando vino la época oscura de nuestra patria, Mariano Puga fue un luchador de la dignidad y de la esperanza. Hay que decir que en esos duros años en muchas poblaciones, en muchas capillas en La Legua, en La Bandera, en La Victoria, en la Pincoya, por nombrar sólo algunas, porque fue a través de todo Chile en que hubo numerosos sacerdotes valientes que le dieron la mano a los perseguidos, ayudaron a los cesantes y levantaron su voz para pedir verdad, libertad y justicia».
Felices los que trabajan por la paz, se llamarán hijos de Dios
Al agradecer la condecoración, el padre Mariano Puga recordó a su madre y proclamó las Bienaventuranzas manifestando que «esto es lo que he querido vivir en el ministerio que me dio la Iglesia. No tiene ninguna originalidad, es regalo del Señor Jesús». En su discurso agradeció a todos los presentes y, de un modo significativo, interrumpió su mensaje para ir a abrazar a la Presidenta.
He vivido 30 años como cura obrero, acompañando a las comunidades cristianas, compartiendo la vida y el trabajo duro, la explotación y la lucha, la persecución y la esperanza. En el gemido muchas veces de la oración, Cristo me ha regalado encontrar esta gente feliz. Aunque les parezca raro encontrar en las poblaciones, entre mis compañeros trabajadores, entre los luchadores, los explotados, esta gente feliz», sostuvo. También quiso destacar la capacidad de estas personas de hacer suyas las penas de sus vecinos, afirmando que «son los que creen en la fuerza incontenible de la no violencia y del amor. Son los locos y las locas de hoy. Estos están entre nosotros».
Deje su Comentario