Italia – Nápoles (Viernes, 22-12-2017, Gaudium Press) La Catedral de Nápoles quedó pequeña delante de la gran cantidad de fieles que se reunieron en la mañana del último sábado 16, para acompañar el aguardado milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro, patrono de Nápoles.
A las 9:00 horas los fieles ya estaban en el templo. La ceremonia fue presidida por el Abad, Monseñor Vincenzo De Gregorio, en la Capilla Real del Tesoro. Siguiendo la tradición, a las 12:07 horas fue levantada la sábana blanca que indica que el milagro ocurrió nuevamente.
Ese milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro normalmente ocurre apenas tres veces por año: el sábado anterior al primer domingo de mayo, día de la trasladación de las reliquias del Santo del cementerio Agro Marciano a las catacumbas de Capodimonte; el día 19 de septiembre, cuando se conmemora su martirio; y el día 16 de diciembre, fecha en la cual él es celebrado como patrono de la ciudad. Pero no siempre el milagro se repite. Cuando la sangre no se vuelve liquida, los fieles interpretan como anuncio de alguna tragedia.
En el año 2015, en la época en que el Papa Francisco estaba visitando la ciudad, la sangre se volvió líquida delante del Pontífice, hecho raro porque la última vez en que el milagro había ocurrido con un Pontífice había sido en 1848, con Pío IX. El mismo no ocurrió cuando los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron la región en 1979 y en 2007, respectivamente. (EPC)
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