Qaraqosh (Sábado, 23-12-2017, Gaudium Press) La celebración de la Navidad está vinculada para los católicos en todo el mundo con la totalidad de los misterios de la Encarnación del Hijo de Dios y la salvación de la humanidad a través de su sacrificio en la Cruz. Para los fieles de los poblados de la llanura de Nínive, en Irak, la Navidad de este año tiene un sabor de Resurrección que no sólo se manifiesta en sus tradiciones locales, sino en la esperanza de regresar a sus tierras, arrasadas por la ocupación de ISIS.
Los cristianos de Irak regresan paulatinamente a sus hogares y se convierten en un símbolo de esperanza y fe. Foto: Ayuda a la Iglesia Necesitada. |
Más de 150 mil creyentes tuvieron que dejar sus hogares durante la persecución religiosa del Estado Islámico, recordó Peter Jesserer Smith en un artículo para National Catholic Register. Por su salida, sólo 250 mil creyentes quedaron en el país y la permanencia de la presencia cristiana en el territorio quedó bajo un riesgo severo. Pero en los últimos meses, un tercio de los cristianos desplazados regresaron a sus poblaciones de origen, según cifras del Comité de Reconstrucción de Nínive. Y esta Navidad es la primera en celebrarse en los templos destruidos y los hogares dañados por la invasión.
«Sentimos que esta Navidad es muy especial para nosotros después de tres años de haber sido expulsados de nuestros poblados», afirmó a NCR el P. Salar Kajo, Vicario General de la Diócesis Caldea Católica de Alqosh. Uno de los templos, el de Telleskuf, pudo ser restaurado a tiempo para celebrar la Navidad y dedicado con una mayor belleza y esplendor (ver noticia anterior). La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada realizó un estimado de los costos de la reconstrucción de templos, hogares, hospitales y otras instituciones requeridas en la región y calculó que se necesitan al menos 250 millones de dólares para esta tarea.
Los cristianos iraquíes preparan la Navidad con un ayuno de nueve días de duración y acuden masivamente a la Eucaristía de Nochebuena, celebrada a medianoche. Después de la liturgia, los fieles salen a celebrar por las calles, animando el festejo con música y con intercambio de obsequios. El día siguiente a la navidad, los creyentes visitan los cementerios como una manifestación de unidad con la fe de sus antecesores y de esperanza en la Resurrección. Los fieles que retornan a Irak afirman que no pueden abandonar los huesos de sus ancestros y su presencia es un testimonio de perseverancia y fidelidad.
Con información de National Catholic Register.
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