Río de Janeiro (Martes, 26-12-2017, Gaudium Press) La Catedral Metropolitana de Río de Janeiro acogió la ceremonia que ordenó 11 nuevos sacerdotes para la arquidiócesis. El Cardenal Arzobispo Orani João Tempesta realizó la imposición de las manos a los candidatos al presbiterado, que tuvieron como inspiración el lema «No fuisteis vosotros que me escogisteis, sino fui yo que os escogí» (Jn 15,16).
Entre los nuevos sacerdotes, nueve son transitorios, formados por el Seminario Arquidiocesano de San José, siendo Alan Augusto Gomes Barroso, Carlos Ferreira dos Santos, Edson Barreto Bezerra, Leonardo da Silva Machado, Robson Atallah Nogueira de Lima, Samuel Afonso Leonardo, Thiago da Silva Nascimento, Wagner Augusto Moraes dos Santos, Washington Carlos Silva de Amorim y Wilson Cosmo de Souza Júnior.
Además de ellos, los diáconos permanentes Carlos Ferreira dos Santos y Carlos Roberto Assis Davis, formados por la Escuela Santo Efrén, también fueron ordenados sacerdotes.
Según el rector del Seminario Arquidiocesano de San José, Canon Leandro Câmara, las vocaciones son consideradas sinónimo de vivacidad de la Iglesia. «Después de ocho años de camino formativo, esos jóvenes se consagran definitivamente al sacerdocio de Cristo, al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios. Tengo certeza de que la gracia de Dios no faltará para que ellos sean buenos pastores. Esos nuevos padres son un vigor para la Iglesia Católica, una señal de firme esperanza para el pueblo de Dios, que reza por las vocaciones, y la certeza de nuevas vocaciones entre jóvenes, a medida que contemplan el testimonio de esos hombres que se consagran al sacerdocio», dijo.
A su vez, el neo-sacerdote, Padre Carlos Ferreira, destacó el llamado de Dios para la vocación. «La ordenación es un proyecto de Dios para mi vida, para dar continuidad a los trabajos pastorales que yo ya ejerzo, especialmente en el auxilio a las personas que, de hecho, necesitan de nuestra presencia. Fue Dios que me escogió para hacer que Su luz llegue a los hermanos».
El también más nuevo sacerdote de la arquidiócesis, Padre Samuel Afonso, comparó la ordenación a un milagro divino. «Ese momento de la ordenación es el milagro de la misericordia divina, en que Dios entra a nuestra historia y revela Su amor por cada uno de nosotros. Cuando Él escoge un joven para el altar, Él escoge por amor. En este momento, me siento como un hijo amado, consolado por el Padre», comentó.
«Es un momento único en nuestras vidas, el cual esperamos desde todo siempre, porque creemos en la promesa de Dios, que desde el vientre de nuestra madre nos eligió y nos consagró. Damos ese paso confiando en el llamado de Cristo y que él nos capacitó para asumir esa buena obra. Estamos dispuestos a asumir la misión de Jesús, siendo un buen pastor y consumiendo nuestras vidas por amor al Reino de Dios», recordó el Padre Tiago Nascimento, también novato en el camino sacerdotal, que así como sus colegas, se dice dispuesto a asumir la misión de Cristo. (LMI)
De la redacción Gaudium Press, con información de la Arquidiócesis de Río de Janeiro.
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