Santo André – San Pablo (Martes, 26-12-2017, Gaudium Press) La vocación sacerdotal es el deseo de muchos jóvenes que, desde temprano, han sido tocados por el llamado de Dios para seguir la vida religiosa. Además de asumir un compromiso con la Iglesia Católica, el respeto a la persona que representa a Nuestro Señor Jesucristo en la tierra, el Papa, son indispensables para los candidatos al presbiterado.
Uno de esos ejemplos de admiración y dedicación a la vocación religiosa se encuentra en Santo André, en la Gran San Pablo, Brasil. El joven Murilo de Andrade Climaco, de 11 años, es monaguillo de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, en la Villa Curuçá, y sueña en concretar su mayor sueño desde los cuatro años de edad: ser padre.
Además del empeño en la función de monaguillo, Murilo tiene admiración por el Santo Padre, el Papa Francisco. Y como una de las formas de expresar sus pensamientos acerca del Pontífice, le envió una carta al Vaticano.
Para sorpresa del joven, el mensaje fue respondido. «Quedé paralisado», contó Murilo.
Escrita en marzo y encaminada al Vaticano por el obispo de Santo André, Mons. Pedro Carlos Cipollini, la correspondencia contenía escrito todo el afecto que el niño sentía por el Vicario de Cristo.
«Conté que rezo por él, que quiero ser sacerdote y que estoy siendo perseverante. Hice también un diseño del Papa conmigo», recordó el joven.
Por semana, Francisco recibe aproximadamente 6 mil cartas escritas por millares de fieles de varias partes del mundo.
A pesar de la demora, en vista del alto número de correspondencias recibidas, y para la suerte de Murilo, el Papa leyó su carta y, nueve meses después, retornó al joven a través de una respuesta firmada por el asesor de asuntos generales de la Iglesia, Monseñor Paolo Borgia.
«El Papa Francisco quedó contento al ver los buenos sentimientos y generosos propósitos que le animan, habiéndome encargado de agradecer a usted, Murilo, por este testimonio de cariño y confianza», dice uno de los trechos del mensaje, que llegó acompañado de un rosario y una fotografía del Pontífice.
Después de leer la respuesta, el monaguillo reveló haber quedado emocionado y, al mismo tiempo, sorprendido, una vez que tiene conocimiento que el Santo Padre posee una agenda repleta de compromisos.
«Él reza por el mundo, llevando mensajes de paz. Va donde hay guerra, conversa con políticos de varios países, hace tantas cosas, pero responde a todos», comentó el joven, que llevará eso como ejemplo a seguir. Tanto que ahora tiene una nueva misión: ‘quiero motivar a las personas a servir a Jesús'».
Sobre la voluntad de seguir la carrera religiosa, Murilo explicó que la idea surgió durante una celebración en la iglesia.
«En una misa de sanación sentí una cosa maravillosa en el corazón y el deseo de ser padre, para ayudar a las personas», recordó el joven, que tiene como inspiración los párrocos Renato Aparecido da Cruz Solto, actualmente en la Parroquia Santísima Virgen, de San Bernardo, y Vanderlei Ribeiro, de la iglesia Nuestra Señora de Fátima.
La madre del niño, Natalia de Andrade Climaco, es una de las testigos de este deseo del hijo. «Él siempre dice que no será una persona completa y feliz si no es sacerdote», enfatizó. (LMI)
De la redacción Gaudium Press, con informaciones del portal Catholicus y Diario del Grande ABC.
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