Ciudad del Vaticano (Martes, 09-01-2018, Gaudium Press) El Papa Francisco retornó a sus celebraciones diarias en la Capilla de la Casa Santa Marta. En la primera misa de su regreso, él alertó que la tendencia del ser humano de agredir a los más débiles es una de las marcas del pecado original, inspirada por el demonio.
Ese es uno de los motivos para pedir al Señor la gracia de la compasión que, esa sí, viene de Dios.
La primera lectura propuesta por la liturgia del día inspiró la homilía del Pontífice. Ella fue extraída del Libro del Profeta Samuel, donde él narra la historia de los padres del profeta, Elcana y Ana.
Elcana tenía dos mujeres: Ana, que era estéril, y Penina, que tenía hijos. Penina, envés de consolar a Ana, no perdía ocasión para humillarla y maltratarla, recordándole constantemente su esterilidad.
¿Qué existe dentro de esas personas?
El Papa observa que en otras páginas de la Biblia ocurre la misma cosa y recuerda lo que sucedió entre Agar y Sara, mujeres de Abraham. Poner en ridículo, despreciar a los más débiles, es más común entre los hombres, como ocurrió con Goliat y David.
Y antes de proponer algunas preguntas a sus oyentes, Francisco además recordó a las mujeres de Job y de Tobías, que desprecian a sus maridos que sufren:
«Yo me pregunto: ¿Qué existe dentro de estas personas? ¿Qué existe dentro de nosotros, que nos lleva a despreciar, a maltratar, a poner en ridículo a los más débiles?
Se comprende que alguien se ofenda con quien es más fuerte: puede ser la envidia que te lleva (a eso)… ¿Pero y los más débiles?
¿Qué existe dentro (de nosotros) que nos lleva (a eso)? Es algo que es cotidiano, como si yo tuviese la necesidad de despreciar al otro para sentirme seguro. Como una necesidad…»
Agresión a los débiles: marca del pecado Original
Recordando la historia de una mujer llamada Angiolina, que él conoció en su infancia, Francisco busca sacar una lección de vida:
Angiolina, que tenía una enfermedad mental y vagaba por las calles todo el día. Las mujeres daban a ella algo para comer, alguna ropa, pero los niños la engañaban. ‘Vamos atrás de Angiolina para divertirnos un poco, decían’.
Comenta el Papa: «¡Cuánta maldad en los niños! ¡Ofender a los más débiles!»:
«Y hoy vemos lo mismo continuamente, en las escuelas, con el fenómeno del bullying: agredir al débil, porque usted es gordo o porque usted es así o es extranjero o porque usted es negro, por esto…agredir, agredir… Los niños, los jóvenes…
No solamente Penina, o Agar, o las mujeres de Tobías y de Job: también los niños. Esto significa que existe algo dentro de nosotros que nos lleva a esto. A la agresión de los débiles. Y creo que sea una de las marcas del pecado original».
¿Los psicólogos explican?
Tal vez los psicólogos intenten elucidar esas situaciones por la psicología, con todo Francisco no cree que la explicación de ellas venga por este camino.
El deseo de aniquilar al otro porque es débil, el Papa explica que «esta es una de las marcas del pecado original. Esto es obra de Satanás».
En Satanás, de hecho, no existe compasión:
«Y así, de la misma forma cuando tenemos un buen deseo de hacer una obra buena, una obra de caridad, decimos ‘es el Espíritu Santo que me inspira a hacer esto’, cuando nosotros nos damos cuenta que tenemos dentro de nosotros este deseo de agredir a alguien porque es débil, no dudemos: el diablo está allí. Porque esto es obra del diablo, agredir al débil».
Por eso, el Papa, al concluir su reflexión, dice:
«Pidamos al Señor que nos dé la gracia de la compasión: esta es de Dios», Él, que «tiene compasión de nosotros y nos ayuda a caminar». (JSG)
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