João Pessoa – Paraíba (Miércoles, 10-01-2018, Gaudium Press) En artículo reciente, el Arzobispo de Paraíba – Brasil, Mons. Manoel Delson Pedreira da Cruz, reflexiona sobre la Epifanía (palabra griega que significa «manifestación») del Señor, celebrada por la Iglesia Católica el pasado fin de semana. Según el prelado, «Dios se reveló en la esperanza del Niño de Belén».
«Celebramos hoy a Cristo, Luz de todo el mundo, y su manifestación a las gentes. En la pequeñita Belén, esta ‘luz esperanzadora’ pasó a existir a un minúsculo grupo de personas, un ‘resto de Israel’: la Santísima Virgen María, su esposo José y algunos pocos pastores. Una luz humilde – como acostumbra ser Dios en sus manifestaciones. Un verdadero destello se encendió en la noche: un frágil recién nacido, que llora en el silencio del mundo, y que ahora se muestra como única salvación», escribe.
La llegada de los Magos de Oriente a Belén, a fin de prestar adoración al recién nacido Mesías, «es la señal de manifestación del Rey universal a todos los hombres que buscan encontrar la Verdad».
En seguida, el Arzobispo de Paraíba reflexiona que actualmente «vivimos en una sociedad fuertemente marcada por el rechazo de Dios, donde la histórica convicción de que Dios está presente en todo parece no ser más tan bienvenida». «Se construye una modernidad con las experiencias de muchas ‘otras verdades’, y claro que, para el hombre moderno, Dios no debe ser el centro, sino él mismo es la infeliz medida de todas las cosas».
Según Mons. Delson, «infelizmente asistimos a la efectuación de la dictadura del relativismo, que descarta la Verdad de Dios, de aquel que en la boca de Jesús dijo: ‘Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jo 14, 6)».
«El sabio Papa Emérito Benedicto XVI, por diversas veces, alertó a la Iglesia sobre el estrago del relativismo: ‘Se va constituyendo una dictadura del relativismo que nada reconoce como definitivo y que deja como última medida apenas al propio yo y sus voluntades'», destaca.
Al final del texto, el prelado resalta que celebrar la Epifanía del Señor «es reconocer que el Amor de Dios es misionero – ese amor no se cierra a sí, sino que camina hacia los otros», pues «la propuesta del amor cristiano es el remedio para cualquier tipo de realidad que cierra al hombre en sí mismo; el amor de Cristo tiene el poder de liberarnos, de romper las cadenas que nos prenden, y de prohibir todo relativismo que oprime a los hombres y mujeres de este tiempo».
«Para el Papa Francisco, el secreto de colocarse dentro del Misterio de la Navidad está en el acto de ponerse en movimiento, así como hicieron los Magos: ‘Esos hombres vieron una estrella, que los puso en movimiento. (…) Como justamente reconoció un padre de la Iglesia, los Magos no se pusieron en camino porque habían visto la estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino’ (cf. João Crisóstomo)», concluye Mons. Delson. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Paraíba
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