Ciudad del Vaticano (Lunes, 15-01-2018, Gaudium Press) El Papa Francisco hizo su homilía durante la Misa que celebró en la Capilla de la Casa Santa Marta, el pasado viernes, teniendo como fondo de cuadro una pregunta: ¿Cómo es la oración en el Evangelio de aquellos que consiguen obtener del Señor aquello que piden?
Francisco comentó la cura del leproso y del paralítico y afirmó que, como ellos, debemos aprender a rezar con coraje y fe.
Oración en la fe, Oración a partir de la fe
La respuesta a esa pregunta el Papa la buscó en el Evangelio de San Marcos cuyos trechos son los indicados tanto para la liturgia del viernes como del jueves. Y, en los dos, él habla de curas a partir de oraciones: la del leproso y la del paralítico.
Los dos hacen oraciones pidiendo por la cura de cada uno. Y hacen esa oración rezando con fe.
Francisco comenta que uno de ellos, el leproso, desafió a Jesús con coraje: «¡Si quieres, tienes el poder de curarme!».
Jesús respondió prontamente a la pregunta corajuda: «Yo quiero».
Afirmó el Pontífice que, por tanto, todo es posible para quien cree, como enseña el Evangelio:
Siempre, cuando nos aproximamos al Señor para pedir algo, se debe partir de la fe y hacerlo en la fe: «Yo tengo fe que tú puedes curarme, yo creo que tú puedes hacer esto» y tener el coraje de desafiarlo, como este leproso de ayer, este hombre de hoy, este paralítico de hoy. La oración en la fe».
En las dificultades, Rezar con Fe, voluntad y coraje
Para Francisco, Evangelio nos conduce a una reflexión que nos invita a interrogarnos a propósito de nuestro modo de rezar.
No debemos rezar de la boca para fuera, como «papagayos» y «sin interés» en lo que pedimos.
La oración debe ser una súplica al Señor, un pedido del fondo del alma, con fe e incluso así pidiendo todavía que el Señor «ayude a nuestra poca fe» delante de las dificultades.
Y las dificultades que se tienen para aproximarse al Señor vienen narradas en varios episodios del Evangelio con la finalidad de servir de ejemplo de cómo nos comportamos.
El paralitico, del cual el Evangelio de Marcos hablaba el viernes, es un ejemplo de eso. Él es bajado del techo en su camilla para poder llegar hasta Jesús que está predicando en medio de una multitud.
«La voluntad lleva a encontrar una solución», destacó Francisco, hace «ir más allá de las dificultades»:
Coraje para luchar y llegar al Señor. Coraje para tener fe, al inicio: «Si tú quieres, tienes el poder de curarme. Si tu quisieras, yo creo». Y coraje para aproximarme al Señor, cuando existen tantas dificultades. Aquel coraje… Muchas veces, es preciso paciencia y saber esperar los tiempos, pero no desistir, ir siempre en frente. Pero si yo con fe me aproximo al Señor y digo: «Pero si quieres, puedes darme esta gracia» y después mas… como la gracia después de tres días no vino, entonces otra cosa….y me olvido. Coraje.
Oración cristiana es oración corajuda
El Papa recordó la historia de Santa Mónica, madre de Agustín. Ella rezó y «lloró mucho» hasta obtener la conversión de su hijo.
Para Francisco, Santa Mónica está entre los Santos que tuvieron coraje en su fe.
Ella tuvo coraje «para desafiar al Señor», coraje para «creer», aunque no se obtenga en seguida lo que se pide, porque en la «oración se lanza todo» y «si la oración no es corajuda, no es cristiana»:
«La oración cristiana nace de la fe en Jesús y sigue siempre con la fe, más allá de las dificultades. Una frase para traerla hoy en nuestro corazón nos ayudará, de nuestro padre Abraham, a quien fue prometida la herencia, esto es, tener un hijo a los 100 años.
Dice el apóstol Pablo: «Crean» y con esto fue justificado. La fe y «se colocó en camino»: fe es hacer de todo para llegar a aquella gracia que estoy pidiendo.
El Señor nos dijo: «Pidan y os será dado». Tomemos también esta Palabra y tengamos confianza, pero siempre con fe y creyendo. Este es el coraje que tiene la oración cristiana. Si una oración no es corajuda, no es cristiana.» (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con Informaciones de VaticanNews)
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