Santiago (Miércoles, 17-01-2018, Gaudium Press) A las 19:26 hora local, el Papa Francisco descendió del Boeing 777 de Alitalia a la losa del aeropuerto Arturo Merino Benítez, en tierra chilena, donde fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet y el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, dando inicio de esta manera a su Visita Apostólica, que se extenderá hasta mañana 18 de enero.
Tras 16 horas de vuelo a la capital chilena, el Santo Padre participó de la solemne y protocolar ceremonia de bienvenida. Mientras recibía los honores de la Fuerza Aérea de Chile, un grupo de niños preescolares obsequiaron flores al Papa, tras lo cual recibió el regalo de la fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, agrupación que interpretó para él dos piezas musicales.
Posteriormente, se dirigió en automóvil hasta la parroquia San Luis Beltrán, en la comuna de Pudahuel, donde oró por unos minutos en la en la tumba de Mons. Enrique Alvear, conocido en el país como «el obispo de los pobres» y que está actualmente en proceso de beatificación.
«Le di la bienvenida, le dije que estaba contento de que él viniera. Avanzamos hasta la tumba y rezamos en silencio. Después de la oración, le hablé sobre el sector, que era un barrio sencillo, pobre, popular. Además, bendijo una imagen de la Virgen del Carmen, y le entregué un librito con las homilías de don Enrique», comentó a la prensa el párroco Julio Larrondo.
Tras esta primera parada, el Santo Padre recorrió en el papamóvil la principal arteria capitalina recibiendo el cariño de los miles de fieles quienes muy emocionados saludaron su paso con banderas, pañuelos y vítores. Tras un recorrido de 58 minutos por la Alameda, el Papa culminó su primera jornada en las puertas de la Nunciatura, donde se hospedará, instancia en la que fuera de todo protocolo se acercó al borde de las vayas saludando afectuosamente y bendiciendo a quienes desde muy temprano lo esperaban.
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