Lima (Lunes, 22-01-2018, Gaudium Press) «Jesús sigue caminando y despierta la esperanza que nos libra de conexiones vacías y de análisis impersonales e invita a involucrarnos como fermento allí donde estemos, donde nos toque vivir, en ese rinconcito de todos los días», fueron parte de las palabras que dirigió el Papa Francisco durante la homilía de la Misa que presidió en la Base Aérea «Las Palmas», en Lima, con la que concluyó este domingo 21 de enero el viaje apostólico a Chile y Perú.
Ante una multitud de fieles, y teniendo a la venerada imagen del Señor de los Milagros como testigo -que fue trasladada especialmente hasta el lugar-, el Sumo Pontífice, abordó la Primera Lectura, para llamar a no padecer el «síndrome de Jonás»: «un espacio de huida y desconfianza. Un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales con corazón cauterizado».
Tomando el pasaje del Evangelio proclamado llamó a poner la mirada en Jesús, quien «camina a la ciudad con sus discípulos y comienza a ver, escuchar, a prestar atención a aquellos que habían sucumbido bajo el manto de la indiferencia».
Recordó que el «Reino de los cielos está entre ustedes (…) está allí donde nos animemos a tener un poco de ternura y compasión, donde no tengamos miedo a generar espacios para que los ciegos vean, los paralíticos caminen, los leprosos sean purificados y los sordos oigan, y así todos aquellos que dábamos por perdidos gocen de la Resurrección».
El Sumo Pontífice se despidió de los peruanos llamándolos a cuidar la esperanza, permaneciendo unidos y legando la sabiduría de los abuelos a los jóvenes, quienes con «el presente de Perú» / Foto: G. Pinedo – Arzobispado de Lima Oficina de Prensa. |
«Dios no se cansa ni se cansará de caminar para llegar a sus hijos», manifestó el Vicario de Cristo, para luego reflexionar: «¿Cómo encenderemos la esperanza si faltan profetas? ¿Cómo encararemos el futuro si nos falta unidad? ¿Cómo llegará Jesús a tantos rincones, si faltan audaces y valientes testigos?».
«Hoy el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, te invita a caminar con Él tu ciudad. Te invita a que seas discípulo misioneros, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonado en los distintos rincones de nuestra vida: ¡Alégrate, el Señor está contigo!», finalizó la homilía.
Al concluir la Eucaristía, el Sucesor de Pedro agradeció a todas aquellas personas que hicieron posible el viaje, especialmente a los miles de voluntarios que «con su trabajo silencioso y abnegado como ‘hormiguitas’ contribuyeron para que todo pudiera concretarse».
Haciendo referencia al lema de su visita a Perú, «Unidos por la esperanza», el Sumo Pontífice dijo que Perú es tierra de esperanza, «por la biodiversidad que la compone», «por la riqueza de sus tradiciones y costumbres que han marcado el alma de este pueblo». Es «tierra de esperanza -siguió- por los jóvenes, los cuales no son el futuro, sino el presente de Perú».
«A ellos les pido que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que guio a sus grandes santos. Chicas y chicos, por favor, no se desarraiguen. Abuelos y ancianos, no dejen de transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo y la sabiduría del camino para llegar al cielo. A todos los invito a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI», persistió Francisco, para concluir llamando a cuidar la esperanza, «que no se la roben», permaneciendo unidos.
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Con información de Vatican.va.
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