Los Ángeles (Viernes, 26-01-2018, Gaudium Press) El Arzobispo de Los Ángeles, Estados Unidos, Mons. José Gómez, celebró el pasado 20 de enero una Misa de Réquiem por los no nacidos en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. La Eucaristía marcó la culminación solemne de la jornada OneLife LA, que destaca la necesidad de proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
Misa de Réquiem por los no nacidos en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Foto: ForLifeCalifornians. |
«En este solemne Réquiem por los no nacidos recordamos y lloramos las vidas que se han perdido durante este año. Estas vidas que nunca tuvieron siquiera la oportunidad de nacer», lamentó el prelado, según informó Angelus News. «A nadie le gusta hablar de la triste realidad del aborto en nuestra sociedad, ¡pero debemos hacerlo! Por demasiado tiempo, el aborto ha sido un ‘mal cotidiano’ en este país».
El Arzobispo hizo un llamado a detener el aborto y construir una sociedad «donde el aborto sea impensable» y cada vida sea bienvenida como un regalo de Dios. La defensa de la vida fue comparada por Mons. Gómez con el mensaje profético de conversión del profeta Jonás al pueblo de Nínive. «Dios viene a nosotros, ahora, y nos da un mesaje que llevar a nuestra gran ciudad, a nuestro país y a los hombres y mujeres de nuestro tiempo», predicó el prelado. «Él nos llama a proclamar el Evangelio de la Vida, la buena noticia de que Él es el Dios vivo, el Dios de toda la creación».
Mons. Gómez expuso que cada vida tiene un valor y un propósito en el plan de Dios. «Dios tomó ‘una decisión’ al hacernos a cada uno de nosotros. Él decidió hacernos a ti y a mí. Así somos de especiales para Él», indicó. «Es por esto que el mundo es un poco ‘menos’ por cada niño que se pierde a través del aborto. Es por esto que hacemos duelo esta noche en esta Misa de Requiem».
El prelado recordó la promesa de Cristo de consolar a quienes sufren y renovó la confianza en la llegada del Reino de Dios, cuando no habrá más muertes que lamentar y no habrá necesidad de celebrar una Eucaristía por las víctimas del aborto. El Arzobispo culminó encomendando a la Santísima Virgen María la disposición de los fieles de descubrir «las grandes cosas para las cuales fuimos hechos y el precioso amor que Dios tiene para cada vida, para cada uno de nosotros».
Con información de Angelus News.
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