Chicago (Sábado, 27-01-2018, Gaudium Press) El iconógrafo estadounidense Joseph Malham, artista católico de ascendencia griega y asiria, publicó recientemente el libro Drawing Closer to Christ (Dibujando más cerca a Cristo o Acercándose a Cristo, según el uso de la expresión en inglés) en el cual propone la pintura de íconos como un escenario apropiado para un retiro espiritual personal. El ícono se «escribe» durante ocho días en un proceso descrito paso a paso que involucra una contemplación del misterio representado en la obra.
«Usted está emprendiendo un viaje», describió el artista en entrevista con The Kyle Heimann Show. «La Palabra de Dios, el Verbo de Dios, es la imagen de Dios, y usted desarrolla una relación». En contraste con la adquisición de una imagen religiosa ya elaborada, la escritura de íconos se ofrece como una forma tangible de conectarse con los misterios de Dios. «Es como los padres con su bebé. Ellos no se lo entregan a las niñeras, ellos lo bañan, lo visten ellos mismos. Hay una conexión íntima, un vínculo cuando literalmente te ensucias las manos. Creo que ese es el beneficio, la relación, y la alegría del acto de creación, que es un acto de amor».
El artista descubrió el sentido espiritual de la iconografía cuando era novicio en un monasterio, donde aprendió el arte sacro de la escritura de íconos. «Comúnmente se refiere como ‘escribir un ícono’ debido a la dimensión espiritual de esta frase. Significa que usted no expresa sus sentimientos subjetivos o sus emociones para expresar realidades espirituales, sino que usted está simplemente expresando una verdad que ya ha sido revelado en la Escritura, así que usted está escribiendo la Sagrada Escritura en una forma visual».
Malham propone que no se necesita un talento especial o una formación en técnicas artísticas para poder vivir la experiencia de la escritura de íconos: «Hay que dejar el ego en la puerta cuando entramos. No se trata de nosotros, es el Espíritu Santo que nos inspira a movernos en esta dirección y revelar el rostro de Cristo o de los Santos o de su Madre en una forma muy orante y contemplativa». El proceso es descrito de manera detallada de forma que el lector no procede a dibujar y pintar, sino que sigue instrucciones al acceso de cualquier persona.
El libro propone la escritura del ícono de Cristo Pantocrator, durante siete días que se inspiran en los siete días de la Creación de acuerdo al libro del Génesis. Un último día, el octavo, lleva al lector a reflexionar sobre cómo la obra refleja la personalidad del artista, que no es el pintor, sino Jesucristo, en quien el artista está llamado a transformarse.
Con información de Trinity Icons y The Kyle Heimann Show.
Deje su Comentario