Londres (Martes, 30-01-2018) El P. Alexander Lucie-Smith, doctor en Teología Moral y editor consultor del informativo The Catholic Herald, destacó la Catedral de Noto, Italia, como un ejemplo exitoso de reconstrucción por la notable belleza de su arte sacro, prueba de que es posible recuperar los templos y darles un renovado esplendor con la ayuda de los artistas sacros de la actualidad.
Interior de la Catedral de Noto, Italia. Foto:Lct-architettura |
Recordando los frecuentes lamentos sobre la ausencia de nuevos templos católicos de gran esplendor o la escacez o supuesta inexistencia de artistas sacros suficientemente entrenados para ejecutar grandes obras eclesiásticas, el sacerdote propuso que a veces esta sensación es producto de la falta de visibilidad de los recursos que sí existen.
«Después de un viaje reciente a Sicilia, creo que estoy justificado, porque encontré evidencia de que hay buenos artistas disponibles para la Iglesia de hoy, y de que ellos producen obras verdaderamente grandes», expresó el P. Lucie-Smith. La oportunidad planteada por la necesidad de reconstruir la Catedral de Noto, que colapsó en 1996 tras un terremoto «ha llevado a resultados extraordinarios».
Entre los detalles del templo, el sacerdote destacó el interior del domo, ilustrado por el artista ruso Oleg Supereco. «Muestra a la Santísima Virgen y los Apóstoles esperando el Pentecostés, un buen tema teológico que nunca había visto en una cúpula antes», comentó, «y que está espléndidamente ejecutada».
Decoración interna de la cúpula de la Catedral. Foto: PJT56 |
Las estaciones del Vía Crucis fueron encargadas al artista Roberto Ferri, cuyo estilo se inspira en las obras de Caravaggio. «La técnica de Ferri es sublime y sus estaciones son muy buenas», afirmó el P. Lucie-Smith, quien no dejó de expresar cierta conmoción por el uso del claroscuro, sensación que también le generan las obras de Caravaggio. «Ferri nació en 1978, así que es bueno que la Iglesia se haya arriesgado a comisionar a un hombre joven».
Finalmente el presbítero alabó la belleza de las decoraciones de la nave central y el ábside, elaboradas por Lino Frongia y Bruno D’Arcevia respectivamente. «No conozco absolutamente nada sobre el arte contemporáneo italiano, así que no puedo decir si estos artistas representan lo mejor que Italia puede ofrecer», aclaró el sacerdote. «Pero una cosa es segura, y es que ellos han hecho que la Catedral de Noto sea un lugar que todos tienen que ver, comprobando que lo que es nuevo no tiene que ser feo y puede fácilmente encajar con el pasado».
El sacerdote concluyó su artículo dejando abierta una reflexión sobre la posibilidad de replicar en otros países este tipo de éxitos y que la Iglesia comisione «buenas, de hecho grandes, obras de arte contemporáneo».
Con información de The Catholic Herald.
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