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Belo Horizonte (Viernes, 09-10-2009, Gaudium Press) El arzobispo metropolitano de Belo Horizonte, Minas Gerais, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, dijo, en artículo publicado hoy, que la transparencia es uno de los más «valiosos puntos de equilibrio y referencia en los desdoblamientos de procesos institucionales y en el establecimiento sano de las relaciones interpersonales».
El artículo entra en consonancia con la encíclica «Caritas in Veritate» (Caridad en la Verdad), publicada por el Papa Benedicto XVI en julio de este año, que trata de temas sociales y aspectos del desarrollo integral del hombre en los días actuales.
Siguiendo ese guión, Mons. Walmor dijo que, una vez degradada la transparencia, los perjuicios ocasionados son la «conducta personal no-transparente en la manipulación de las cosas, en el establecimiento de los relacionamientos y en el ejercicio de las responsabilidades».
«La transparencia se ve comprometida, sea por la fluidez de la personalidad, por comprometimiento en la estructura del propio carácter, por conveniencias y, más grave, por perversidades que nacen del deseo de poder y del apego al dinero», afirmó Mons. Walmor en una crítica al materialismo moderno.
El artículo dice además que la nobleza y grandeza de la transparencia son cualidades que se conquistan con un «permanente ejercicio de disciplina que, diariamente, debe corregir vicios y relativizaciones peligrosas en cuanto a la palabra pronunciada».
«Lo precioso de la transparencia es una construcción y una conquista. No es un producto. Su lugar es la interioridad, la personalidad, el carácter, la capacidad de participar de procesos con lisura y dignidad».
«Hoy, es siempre mayor el riesgo de ver comprometida la verdad y, consecuentemente, el amor sincero, en razón de la necesidad de asegurar, en las cuestiones mayores o rutinarias, un voto para sí. Se comprendió que la tentativa de manipulación de la verdad es más rentable», dice.
Esta lucha que está siendo trabada en detrimento de la verdad, observa Mons. Walmor, es «una clara pretensión de poder que necesita ser permanentemente desmontada bajo pena de totalitarismos, manipulaciones y perjuicios grandes a la vida de la humanidad», alerta el arzobispo, en lo que puede ser entendido como una referencia también a determinados modelos de gobierno.
Por esta razón, «toda conciencia amante de la verdad es llamada a la doble tarea de vigilancia y denuncia crítica. Es la libertad de la verdad que libera y que pone al cristiano en alerta delante de cualquier concesión activa o pasiva a la mentira. Este es un compromiso determinante de la conciencia cristiana».
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