Filadelfia (Viernes, 02-02-2018, Gaudium Press) El libro más reciente del Arzobispo de Filadelfia, Estados Unidos, Mons. Charles Chaput, titulado «Extranjeros en Tierra Extraña» fue publicado en español el pasado mes de diciembre. En el texto, el prelado reflexiona sobre los desafíos para el testimonio de la Iglesia en medio de una cultura contraria calificada como «postcristiana» y la necesidad de preservar la identidad de los creyentes a través de una fe vivida con alegría y belleza.
«El mayor fracaso de mi generación, la del baby boom, incluyendo a padres, profesores y dirigentes de la Iglesia, ha consistido en no haber sido capaces de transmitir la fe de forma atractiva a los que ahora están ocupando nuestro lugar», comentó el Arzobispo en su libro. La falta de un compromiso suficiente por parte de los creyentes permitió la transformación de la cultura en un entorno contrario en el cual los fieles ya no pueden reconocerse como residentes, sino como «extranjeros en tierra extraña». «Pero el problema no es que los creyentes seamos ‘forasteros’; el problema es que nuestros hijos y nietos no lo son», alertó.
Entre los temas tocados por el prelado se destaca la erosión de la familia, que en su rompimiento representa un desastre de grandes proporciones. Los daños de este mal son, sin embargo, ocultados en la esfera pública, explicó el Arzobispo, ya sea por la penetración de la ideología de izquierda radical que actúa en contra de la familia por considerarla opresiva, o por la vergüenza del dolor de las familias rotas, tan comunes y cercanas para todos que se evita el tema para no hacerlos sentir culpables. Sin embargo, este tema es de vital importancia, porque la ruptura dificulta la educación en la confianza y la solidaridad, y enseña a no resolver los conflictos sino en su lugar renunciar a la familia.
En medio de la crisis de las familias, asciende el estado como «una forma de autoridad menos humana, menos comprensiva y menos íntima, que ocupa el espacio vacío que dejan», explicó Mons. Chaput. Grupos de presión, como «los teóricos de género y de los derechos LGTB, y las empresas que los respaldan alegremente» trabajan para debilitar la familia, dejando a las personas más vulnerables al control por parte del estado. El prelado alertó sobre las consecuencias de esta realidad: «El modo en el que amemos, o malgastemos el amor, tiene consecuencias, y siempre vuelven del pasado para hacernos una visita».
Con información de Religión en Libertad.
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