Lima (Lunes, 05-02-2018, Gaudium Press) En el programa Diálogo de Fe del sábado 3 de febrero el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, anunció que este año la Marcha por la Vida se realizará el sábado 5 de mayo.
«Nos ha parecido un poco cerca de la venida del Papa. Por eso la estamos, por decir así, alejando un poco al sábado 5 de mayo. La estamos preparando; ya habrá toda una organización y convocatoria. Porque no es una marcha anti nada, es una marcha por esa alma mestiza de ese niño por nacer, por esa madre que es tan generosa, por esa familia que acoge a los hijos, papá, mamá y abuelos. Es una marcha iluminadora, no es una marcha destructora».
La importancia de tener un corazón dócil
El purpurado habló sobre el deber como católicos de mantener un corazón dócil, que se deja aconsejar, que es leal con sus compromisos, que no solamente es racional sino que procura mirar dentro de las personas.
«Cuando uno está en su familia, en una escuela, en una empresa, en cualquier lugar; cuando uno tiene que de alguna manera dirigir, ayudar u orientar a los demás qué importante es que el corazón no se mezcle con insultos».
«Lo hemos visto en el Papa Francisco. Ante un enfermo se inclina, ante un niño se acerca, ante una dificultad se entrega. Hemos visto cómo ese corazón atraía a la gente. Una de las cosas que nos ha enseñado el Papa es que ese corazón dócil habla mucho de la institución de la familia, que es la institución que más ha colaborado a lo largo de toda la historia de la humanidad para preservar la dignidad de la persona; desde la vida en el primer momento de la concepción hasta la muerte natural; pasando por la educación, por la enfermedad, por el dolor, por las preocupaciones, el trabajo, el trato entre marido y mujer».
Protejamos la familia
Dijo también que el Santo Padre señala que las abuelas son un elemento muy importante en la familia y en la sociedad porque son quienes tienen la sabiduría de saber comprender, corregir, acompañar.
«El Papa dice: «Esa abuela es la que tiene la sabiduría para ayudar a resolver los problemas de la familia». Es algo un poco generalizado, pero creo que es una muy buena indicación que nos ha dejado el Papa en relación a la familia: El valor y la importancia de las abuelas».
«La familia de alguna manera tiene como un elemento fundamental: Si hay mamá, hay hijos; si hay hijos, hay familia; y si hay familias, hay comunidad. Cuidemos, protejamos ese origen en donde todos los problemas que vemos a veces de corrupción, de niños que han sido violados, de mujeres que han sido maltratadas; todo esto tiene un punto de origen en la familia; y tiene un punto de corrección en la familia».
Rescatemos nuestra alma mestiza
En otro momento recordó las palabras con las cuales el Sumo Pontífice se refirió al Perú, como un país que tiene un alma mestiza que es hospitalaria, recibe, acoge, es agradecida, es creativa, tiene una responsabilidad comunitaria
«Por qué no cultivar un poco más esa alma mestiza, solidaria. Quien viene se enamora del Perú. También digo yo, rostro de santidad. El Papa lo ha señalado: «Ustedes tienen santos y grandes santos». Esa espiritualidad que está metida en el pueblo, cuando tú ves al Señor de los Milagros y una multitud de todos los niveles, de todos los colores, de todas las edades».
Por tal motivo, exhortó a rescatar esa alma mestiza y esa integración alrededor de la familia y de la comunidad; evitando hacer programas de descarte, de exclusión y de violencia.
«Nuestro pueblo no es violento, nuestro pueblo es hospitalario. El Papa decía: «En medio de esa alma mestiza también es bueno rescatar a los jóvenes, que tienen un dinamismo y un entusiasmo porque ven las cosas con ojos nuevos». Al joven también hay que animarlo todo lo que se pueda, diciéndole: Tú eres el que va a generar ese futuro. Pero acuérdate de la abuela, de la familia, de tu origen».
«Yo para construir no tengo que destruir a mi papá, a mi abuela, a mi bisabuelo. No tengo que renegar del pueblo donde nací o de la devoción que me enseñaron en mi casa. No tengo por qué perder ese respeto o cariño por tal persona o zona de mi país. No tengo que desarraigarme para ser una especie de inventor de un nuevo orden».
La corrupción es un virus social
Finalmente, se refirió a la corrupción que se vive en la actualidad y de manera alarmante en nuestro país y mencionó que el Papa la ha definido como un virus social que está muy expandido y al cual no es fácil encontrarle un remedio.
«El Papa ha hablado muy claro y creo yo que estamos en una situación muy delicada en este tema de la corrupción. No es un problema mediático, no es un problema de la comisión tal o cual. Se ve que aparece por todas partes esa falta de respeto a los demás. Cuando uno paga mal, es corrupto; cuando uno no cumple una ley, es corrupto; cuando uno habla mal y calumnia a los demás, es corrupto. La corrupción no solamente es un problema de dinero. Vale la pena darnos cuenta que en estos momentos esa familia, esa abuela, ese arraigo, esa alma mestiza, están siendo atacados por ese virus. Hay que defendernos con estado de derecho, con las normas legales y con la sinceridad. Es una enfermedad grave, profunda, compleja. Pero vale la pena pedirle a Dios y rezar».
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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