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Redacción (Jueves, 08-01-2018, Gaudium Press) Romain y Reina de Chateauvieux son un matrimonio misionero -él de origen francés y ella de Brasil- que decidió, junto con sus cinco hijos, evangelizar en varios países de América Latina, 16 en total, con un método muy particular: recorriéndolos en un autobús escolar con un mensaje de misericordia. Se conocieron en una favela de Brasil durante una misión, decidieron casarse y consagrar su vida matrimonial al servicio de la Iglesia, entregándose, sobre todo, a los más pobres y necesitados.
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| Romain y Reina se conocieron en una favela de Sao Paulo. Al casarse deciden consagrar su matrimonio a la misión / Foto: Asociacion Misericordia. |
La historia tiene un comienzo…
Como relata el semanario católico Alfa y Omega, todo comenzó cuando Romain, con 21 años, dejó su país natal para participar de un intercambio en la Universidad Católica de Chile donde estudiaría Arquitectura. Estando en Santiago decide aprovechar la cercanía de Brasil y viajar Sao Paulo para visitar a un amigo sacerdote quien se encontraba en una favela realizando su servicio pastoral, y lo había invitado a participar con él en las celebraciones de Semana Santa. En ese momento su vida toma un nuevo rumbo:
A Romain le proponen representar a Jesús para el Vía Crucis del Viernes Santo. Ese día no paraba de llover y la suciedad de las alcantarillas comenzó salir a flote; y el joven, con el deseo de personificar lo mejor posible a Jesucristo, decide lanzarse al suelo para emular una de las caídas camino al Gólgota, cayendo sobre toda la suciedad que traía el agua. Es en ese momento que algo comienza a cambiar en su corazón. Al día siguiente, cuando acompañaba a un grupo de Misioneras de la Caridad a llevar la comunión a un enfermo, reconoce en esta persona sufriente el rostro de Cristo, sintiendo un llamado especial a servirle. En un principio pensó que la invitación que el Señor le hacía era para hacerse sacerdote, pero Dios tenía otro camino para él.
Se conocen en la favela de Sao Paulo y se consagran a la misión
En la favela de Sao Paulo es donde conoce a Romina, quien entonces estaba a cargo de la pastoral juvenil, y se enamora de ella. Al poco tiempo se casan y deciden consagrar su matrimonio al servicio de la misión; iniciando un camino misionero, primero en los Estados Unidos, donde trabajaron durante dos años por los inmigrantes, y luego en América Latina tras una invitación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que los convocó a ser misioneros itinerantes.
Así lo hicieron: recorrieron 16 países montados junto con sus hijos en un bus escolar, que se convirtió en una casa rodante. Tal como se narra en Alfa y Omega, siempre la familia misionera, al llegar a cada país, se presentaba con el obispo y se ponía a su disposición, quien la dirigía a alguna zona en especial. En cada sitio de misión los esposos hablaban con el sacerdote, quien los orientaba sobre cómo podían dar una mano. Es así que en este itinerario Romain y Reina ayudaron con la construcción de iglesias, acompañaron a las poblaciones menos favorecidas, formaron por medio de las catequesis, entre otras.
Nace la Asociación Misericordia
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Tras tres años de realizar este recorrido, el Arzobispo de Santiago de Chile los invita a quedarse en la Pincoya, una zona desfavorecida situada en las periferias de la ciudad, donde perciben dos necesidades apremiantes: la salud y la educación, por lo que deciden crear una fundación atendiese estas penurias; naciendo en 2013 la Asociación Misericordia, obra de inspiración católica que busca promover el desarrollo integral de las persona en el corazón de los barrios pobres y cerca de las poblaciones menos favorecidas.
Con la finalidad de alcanzar este propósito, junto a la asociación, nace el Centro Misericordia, que brinda apoyo escolar a los niños y jóvenes de la Pincoya, así como servicios de salud con el apoyo de médicos voluntarios.
Con el anhelo de dar a conocer la iniciativa fuera de Chile, los esposos misioneros se encuentran realizando una gira por España, Francia, Bélgica e Inglaterra, que llamaron «Gira Misericordia». La iniciativa muy pronto abrirá una casa en Buenos Aires y también en París.
Con información de Alfa y Omega y Misericordia Internacional.
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