Bogotá (Jueves, 08-02-2018, Gaudium Press) Al cumplirse un año del secuestro de la misionera colombiana, Hna. Gloria Cecilia Narváez, quien pertenece a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada y fue secuestrada en Mali por un grupo de yihadistas, los Obispos Colombianos -reunidos esta semana en Bogotá la 105ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia- han elevado una plegaria por la pronta libertad de la religiosa.
Según informó la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) desde su sitio web, los prelados colombianos, durante la celebración Eucarística del miércoles 7 de febrero, oraron por el bienestar y la pronta libertad de la hermana.
El mismo organismo eclesial, a través de sus redes sociales, hizo eco de la plegaria de los obispos de Colombia: «Hermana Cecilia, #NoteOlvidamos. Pedimos incesantemente a Dios por tu pronta liberación. Los obispos reunidos en #AsambleaPlenaria oran por tu libertad. Pedimos a nuestra madre que interceda ante Dios para que toque los corazones de tus captores y logres la ansiada liberación».
Confían en la mediación del Vaticano
El propio Episcopado, a través de una nota de prensa, indicó el 2 de febrero que la Iglesia en Colombia confía en la mediación del Vaticano para la pronta liberación de la Hna. Gloria Cecilia. Esto a raíz de la nueva prueba de supervivencia de la misionera que salió a la luz a finales de enero, donde ella hace una petición especial al Papa para que «haga hasta lo imposible por liberarme» (Ver: Aparece nueva prueba de supervivencia de misionera colombiana secuestrada en Mali hace casi un año).
«La Iglesia siente alegría porque sabemos que está viva y porque tenemos una prueba de que tiene, de alguna manera, la capacidad de mandar un mensaje y mostrase como está en este momento, y esto es positivo», señaló Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, Obispo Auxiliar de Medellín y Secretario General de la Conferencia Episcopal Colombiana, quien es citado en la nota.
Sobre la petición que la misionera hace al Santo Padre, el prelado recuerda que el Pontífice siempre ha tenido «en su mente, en su corazón y en sus plegarias el caso de la hermana Narváez».
Asimismo, expuso que las labores diplomáticas del Vaticano se realizan desde la Secretaría de Estado, a través de la Sección para las Relaciones con los Estados. «Es desde allí donde se puede garantizar la eficacia con que el Vaticano podrá establecer eventuales contactos para mirar la situación actual de la religiosa y así poder actuar (…) El Papa Francisco ha encargado personas para que le hagan un seguimiento especial a este caso», aseguró Mons. Álvarez Botero.
Las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, también elevaron plegarias
A las plegarias también se han sumado las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada en Pasto, quienes el miércoles 7 han ofrecido tres Eucaristías para clamar a Dios la pronta libertad de su hermana en la fe. Una oración que se vio fortalecida con la cadena de oración que se realizó durante diez días, a la que se sumaron varios habitantes de la ciudad, entre los que se encontraba Édgar Narváez, hermano de la misionera, quien dijo: «La esperanza está más viva que nunca. En la familia sentimos el apoyo de toda la comunidad. Sin embargo, necesitamos que las acciones se concreten para que nuestra hermana pueda ser dejada en libertad y así como ella lo pide en el video, le pedimos al Papa Francisco que intervenga de inmediato», según cita el diario El Espectador
Desde que ocurrió el secuestro de la Hna. Gloria Cecilia el 7 de febrero de 2017 se han adelantado esfuerzos por su liberación, contando con el apoyo del Gaula de la Policía Colombiana, grupo experto en estas situaciones; incluso de la misma Gendarmería del Vaticano, según aseguró a un medio de comunicación colombiano el general Fernando Murillo, comandante del Gaula, quien indicó además que tanto la Gendarmería como las autoridades de Colombia, de Mali, así como francesas y suizas, vienen realizando un trabajo conjunto para lograr la liberación de la religiosa.
La Hna. Gloria Cecilia se encontraba de misionera en África desde el 2002, prestando un servicio con las poblaciones más pobres y vulnerables, especialmente los niños huérfanos de la aldea de Karangasso en Malí, donde hace un año fue raptada a la fuerza por un grupo de hombres armados.
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia y El Espectador.
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