Ciudad del Vaticano (Viernes, 09-02-2018, Gaudium Press) Tanzania cumple 150 años de Evangelización. A este propósito, fue presentado hace pocos días el programa de las celebraciones por los 150 años de la evangelización del país africano.
Conmemoraciones llenas de religiosidad
En la ocasión, los obispos del país decidieron establecer un programa más dirigido a la espiritualidad: será organizado cada tres años un Congreso Eucarístico, celebrándose el próximo en Zanzibar. Además, los Obispos pretenden establecer en cada diócesis capillas donde se realice Adoración Eucarística Perpetua.
El objetivo es fortalecer la fe y la proximidad de los fieles con la Eucaristía, sobre todo entre las familias: «Sin la Santa Eucaristía -subrayó el arzobispo de Dar-es-Salaam, Cardenal Polycarp Pengo- no existe vida en las familias».
Así, quedó establecido que cada parroquia de Tanzania deberá organizar un momento de adoración pública durante la semana, involucrando particularmente a las familias.
Bagamoyo: Puerta de entrada
Las celebraciones por ocasión de los 150 años de presencia cristiana en el país se desarrollarán en Bagamoyo. Allí desembarcaron los primeros misioneros católicos en 1868.
El Arzobispo emérito de Arusha, Mons. Josaphat Louis Lebulu, recuerda que «Bagamoyo, es simplemente el lugar de reflexión de la fe, como punto de entrada del cristianismo en la parte oriental de África y fuente de esperanza para los tanzanos que fueron torturados y tratados como esclavos antes de ser deportados atravesando el Océano Índico».
Celebramos, por tanto, la gran obra de evangelización realizada por los misioneros que llegaron a Tanzania en 1868.
Y el obispo agregó: «Aquí fijaron la santa cruz, símbolo de la redención de la esclavitud y símbolo de fe para nosotros tanzanos», Bagamoyo es la puerta de la Palabra de Dios.
El prelado, recordó que precisamente Bagamoyo fue la puerta por medio de la cual eran deportados los africanos como esclavos, «una puerta del tráfico de la esclavitud. Este lugar se reveló como la puerta de la Palabra de Dios, luz, paz, esperanza y amor y fue el inicio de la difusión del cristianismo en el África oriental».
Concluyendo, Mons. Lebulu dijo: «Bagamoyo es, por tanto, un símbolo de redención, un lugar en que el hombre recibió la oportunidad de crecer en la fe y obtener la esperanza. Bagamoyo es fuente de verdadera libertad, puerta de fe, ciudad de la luz». (JSG)
(De la Redacción Gaudium Press, con informaciones L’Osservatore Romano)
Deje su Comentario