Bruselas (Sábado, 17-02-2018, Gaudium Press) Durante una reciente visita a Bélgica, el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Robert Sarah, concedió una entrevista al informativo Cathobel, en la cual destacó la importancia de mantener la fidelidad a Cristo y alimentar la fe a través del encuentro con Dios en la oración. Para el purpurado, estas condiciones son más importantes para la Iglesia que mantener el número de sus miembros.
Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
Cuestionado sobre los desafíos de la Iglesia en Europa Occidental, el Card. Sarah destacó tres en particular: La fidelidad a Cristo y al Evangelio, la pérdida de la fe y la que llamó una «crisis sacerdotal». «Primero, su fidelidad a Jesús, a su Evangelio, su fidelidad a la enseñanza que siempre recibió de los primeros Papas y Concilios. Este es el gran desafío de hoy», comentó el purpurado. «Esto no es obvio, porque la Iglesia quiere adaptarse a su entorno, a la cultura moderna».
Además de esta necesidad, el Prefecto destacó una crisis de fe «no sólo en el nivel del Pueblo de Dios, sino incluso entre los líderes de la Iglesia», recordando el caso de un sacerdote que públicamente se negó a recitar el Credo en la Eucaristía por considerar que ya no cree en su contenido. «También hay una gran crisis sacerdotal», agregó. «No porque no haya suficientes sacerdotes. En el siglo VII, el Papa Gregorio Magno ya dijo que había demasiados sacerdotes. Hoy hay 400,000 sacerdotes. Pero, ¿realmente los sacerdotes viven su vocación?».
Como el camino indicado para que las personas de Occidente redescubran a Dios, el Card. Sarah aconsejó la práctica de la oración. «A un amigo lo conozco más y más si realmente y profundamente lo presto atención. Bueno, a Jesús, a Dios, lo conocemos y tenemos una relación con Él si oramos», explicó el Prefecto. «Creo que hablamos mucho, pero es posible que no recemos mucho. Creo que una forma de redescubrir a Dios y tener una relación personal con Él es en la oración, la oración silenciosa, la oración que es sólo un cara a cara. La oración no es decir cosas, es guardar silencio para escuchar a Dios orando en nosotros». Además de la oración, el recurso a los Sacramentos es de gran importancia, ya que constituyen «los medios que Dios ha inventado para que realmente entremos en contacto con Él».
El purpurado lamentó el alejamiento de la civilización occidental de sus raíces cristianas y alertó sobre el profundo peligro que esto significa. «No solo Occidente está perdiendo su alma, sino que se está suicidando. Porque un árbol que no tiene raíces está condenado a muerte», expuso. «Creo que Occidente no puede renunciar a las raíces que han creado su cultura, sus valores. Creo que es una crisis, pero cualquier crisis termina un día, con suerte, de todos modos». El Prefecto destacó síntomas como la legalización y la imposición del aborto, que demuestran cómo perder la visión de Dios altera la percepción sobre el ser humano. «Estoy seguro de que si Occidente, si Europa renuncia por completo a su identidad cristiana, la faz del mundo cambiará trágicamente».
Finalmente, el Cardenal Sarah fue cuestionado sobre cuál considera que es el corazón del cristianismo, a lo cual respondió «Es ‘Dios es amor’. Y el amor es exigente. El verdadero amor va a la muerte. Amar de verdad es morir. El ejemplo nos lo da Jesús. Él nos amó hasta el final, para dar su vida», concluyó. «Si somos capaces de vivir plenamente de acuerdo con este ejemplo de Dios que se revela como el Dios de amor, y quien quiere que nos amemos a nosotros mismos, porque somos de Cristo, seríamos capaces de cambiar el mundo. Dios es amor. Ése es el corazón del cristianismo».
Con información de Cathobel.
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