Ciudad del Vaticano (Lunes, 26-02-20118, Gaudium Press) Durante el Ángelus rezado ayer en la Plaza de San Pedro, el Papa meditó sobre la Transfiguración del Señor, la conmemoración del día, y mostró como todos estos maravillosos hechos están íntimamente relacionados con la revelación que hizo Jesús a sus discípulos cuando a éstos les dijo que tendría que «sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días» (Mc 8,31).
El anuncio de los futuros sufrimientos del Redentor puso a Pedro y a todos los discípulos en crisis: ellos no admitían la posibilidad del rechazo del Salvador.
Pregunta el Papa: ¿Cómo poder seguir a un Maestro y Mesías cuya vida terrenal terminaría de esa manera? La respuesta viene precisamente de la transfiguración: «una aparición pascual anticipada». La transfiguración permite a los discípulos afrontar «la pasión de Jesús» de un modo positivo, sin sentirse abrumados; también les ayudó y nos ayuda hoy a nosotros, «a comprender que la pasión de Cristo es un misterio de sufrimiento», pero sobre todo, «un don de amor infinito por parte de Jesús» que dona su vida en sacrificio, atravesando el camino de la persecución, el sufrimiento y la muerte.
El Pontífice también explicó que si antes de la Pasión no se hubiese contemplado la Transfiguración, la resurrección y el misterio pascual de Jesús «no se hubieran comprendido fácilmente en toda su profundidad». Para comprenderlas, «es necesario saber de antemano que Aquel que sufre y que es glorificado no es sólo un hombre, sino el Hijo de Dios» que nos ha salvado con su amor fiel hasta la muerte.
El Papa Francisco invitó a todos a subir a la montaña de la Transfiguración, y permanecer allí con Él. «estar más atentos a la voz de Dios y dejarse envolver y transformar por el Espíritu», especialmente durante la Cuaresma. Una experiencia de contemplación y oración, en la que el Papa también nos pide que la vivamos «no para escapar de la dureza de lo cotidiano, sino para disfrutar de la familiaridad con Dios», y reanudar así con vigor renovado «el camino extenuante de la cruz, que conduce a la resurrección».
El Papa concluyó pidiendo la ayuda maternal de la Virgen en este camino cuaresmal.
Con información de Vatican News
Deje su Comentario